Daniela Tarhuni
Foto: Emiliano Hernández Valdes / Nombre de jugador: Retropixel2000
La Jornada Maya
Jueves 14 de julio, 2016
El pasado 6 de julio se lanzó al mercado Pokémon Go y ya es todo un fenómeno global, una locura en términos mediáticos y sociales pues los fanáticos alrededor del mundo han tomado las calles para ir tras las criaturas del universo Pokémon, y para Nintendo es un negociazo que le facturó, en tan sólo dos días, 7,500 millones de dólares.
Lo que comenzó como un videojuego en 1996 y que desde entonces ha estado presente en la cultura de masas; hoy, gracias al avance de la tecnología, llega como una de las aplicaciones de realidad aumentada más exitosas del momento. Su principal atractivo: diluir con un teléfono inteligente la frontera entre realidad y ficción.
Esta realidad aumentada -definida como la superposición de objetos generados por computadora sobre una imagen en tiempo real- se integra en esta aplicación mediante el uso de mapas, el GPS y una cámara. Está generando una experiencia social masiva, potenciada por las redes sociales, dejando indiferente a pocos.
Ha hecho, para bien, que los usuarios salgan a las calles y recorran grandes distancias para colectar todos los pokémon posibles. Al menos se hace ejercicio y se sociabiliza con el mundo exterior. Y para mal, en tiempo récord, se han hecho sonar las alarmas en cuanto a la seguridad digital y la que implica salir a las calles. Muchos conocen la historia de la joven que encontró un cadáver en lugar de un pokémon.
La realidad aumentada no es nada nueva. Sus orígenes se remontan a 1957 cuando Morton Heilig, un realizador de cine, construyó un prototipo llamado Sensorama que proyectaba imágenes 3D, tenía sonido envolvente, vibraba el asiento y creaba viento, algo parecido a lo que hoy podemos disfrutar en algunas salas de cine.
Años más adelante, uno de los trabajos de investigación desarrollado en la Universidad de Columbia dio pie a la realidad aumentada con el dispositivo KARMA (Knowledge-based Augmented Reality for Maintenance Assistance), que proyectaba una imagen en 3D para dar instrucciones a su usuario sobre cómo recargar la impresora, en lugar de acudir a un manual.
Desde entonces ha habido un sinnúmero de aplicaciones de realidad aumentada. Sin ir más lejos, Google Glass ofrece la posibilidad de sustituir las pantallas de los teléfonos inteligentes y tabletas por una pantalla “flotante”. Pero sus usos van más allá de lo lúdico o comercial: optimizan la forma de explicar todo tipo de cosas gracias a los contenidos 3D y a la interacción con el mundo real a través de una cámara.
Sin duda, el uso de esta tecnología será cada vez más cotidiana en los entornos digitales. Pokémon Go, es sólo una pequeña pero poderosísima muestra del alcance y posibilidades de la realidad aumentada.
Y por favor, si juega Pókemon Go, no maneje. Y si camina jugando, por favor, mire a ambos lados de la calle o frente a usted. Pikachú, Greninja, Arceus y Mew no irán a ningún lado. O probablemente sí.
[b]@Nyxsys[/b]
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