Cetáceos y exploración petrolera

Eduardo Lliteras Sentíes
Foto: Raúl Angulo Hernández
La Jornada Maya

28 de marzo, 2016

Quizá, simplemente, estamos en el inicio de la fiebre del oro negro en Yucatán, y como en toda fiebre, comienzan a brotar los primeros síntomas de la enfermedad. Animales muertos, cetáceos fallecidos afectados por la prospección petrolera. Al rato comenzarán a aparecer rastros de petróleo, luego vendrá más crecimiento desordenado de la costa, delincuencia, prostitución, pobreza. Es decir, lo mismo que vemos en otros estados donde la industria petrolera ha pasado y dejado su rastro de destrucción, en una mezcla apocalíptica de contaminación, marginación, corrupción y desintegración social en la que florece la delincuencia y la violencia, si no se lleva a cabo una planeación por parte del gobierno, las empresa y universidades.

Primero se negó la presencia de embarcaciones extranjeras en tareas de prospección petrolera en aguas de Yucatán y del Golfo de México. Se adujo, desde las instancias federales, que no se sabía nada al respecto, que no había constancia, que nadie las había visto, que la Semarnat no había otorgado permisos. Se nos dijo que mejor preguntáramos a la CNH (Comisión Nacional de Hidrocarburos), ente que opera por encima de las instituciones del país y en acuerdo con empresas transnacionales extranjeras. Después, cuando el número de animales marinos muertos en Yucatán en lo que va del año (reconocidos oficialmente, aunque podría haber más) llegó a 10, se optó por realizar una reunión a puerta cerrada en Puerto Progreso. De espaldas a la ciudadanía, como si los ciudadanos no pudieran entender, o debieran saber, lo que ocurre en las costas de nuestro estado, se dio la versión de que 6 delfines han muerto en Yucatán en el presente año por haberse enredado en las redes de los pescadores locales.

Asimismo, se descartó que la inmensa ballena de aleta hallada flotando en Puerto Progreso, hubiera muerto por causas que no fueran naturales, a pesar de que se insistió que el animal presentaba algunas úlceras en el estómago. El acontecimiento histórico fue rápidamente descartado como algo ajeno a las actividades humana, para proteger de cualquier cuestionamiento a la prospección petrolera en la costa yucateca y en el Golfo, de las que el llamado comité de varamientos, sabe nada, a fin de cuentas, ya que ni se conocen con exactitud las tecnologías utilizadas, ni las embarcaciones involucradas, ni sus bitácoras de navegación.

Raúl Díaz Gamboa, representante de la Universidad Autónoma de Yucatán y quien encabeza el área científica del comité de varamientos, descartó por completo que las muertes de los 10 cetáceos tuvieran que ver con los trabajos que se realizan a la búsqueda de yacimientos de petróleo. Para ello se citó un estudio -que no mostró- realizado en Noruega, para establecer que al no haber daño visible en el sistema auditivo de los animales, se descarta el uso de tecnologías agresivas, como los llamados cañones submarinos.

Los cañones submarinos “emiten ondas sonoras de aproximadamente 249 decibelios, muy por encima del límite que genera dolor, lo que provoca desde hemorragias internas, daños auditivos y dolor extremo hasta desorientación”, señala el diputado de Morena, Rogelio Castro Vázquez, quien a través de una investigación realizada desde el Congreso confirmó que en las empresas extranjeras TGS, PGS, DOLPHIN GEOPHYSICAL Y SPECTRUM operan embarcaciones en aguas del Golfo de México y de Yucatán. Estas empresas, todas noruegas, son las primeras en obtener permisos para efectuar explotación petrolera a raíz de la reforma energética. Sus autorizaciones las obtuvieron en abril de 2015 y tienen permiso para abarcar la totalidad del Golfo en períodos de 5 a 22 meses.

[h2]Sistema auditivo[/h2]

Las investigaciones en las necropsias de algunos de los animales se han enfocado en detectar daño en los sistemas auditivos, que se asegura, no han encontrado. El punto es que los animales no necesariamente deben presentar daño extremo en sus sistemas auditivos. Podemos estar ante animales desorientados o con daños menores que finalmente los lleven a la muerte. Notas publicadas en diarios británicos daban cuenta del varamiento masivo de cetáceos en el Canal de la Mancha. Entre las hipótesis de científicos, no comprometidos con intereses políticos o petroleros, se mencionaba la posibilidad de desorientación de los animales por el exceso de ruido en las aguas marinas entre Gran Bretaña y Francia.

En conversaciones con diversos ámbitos científicos en Yucatán y del extranjero nos señalan que también puede influir el cambio climático, como afirmó, sin evidencia científica, el titular de la Semarnat en Yucatán, Jorge Carlos Berlín Montero. Puede ser, por ejemplo, los dos derrames de Pemex, así como la contaminación del litoral por aguas negras, residuos tóxicos provenientes del uso de herbicidas, basura, etcétera.

Estamos ante escenarios complejos y multifactoriales, en los que el hombre tiene un papel principal. Están también las artes de pesca que no tienen vías de escape para delfines, como ocurre en otros países y que ya sería hora de que en Yucatán fueran adquiridas para los pescadores ribereños o de alta mar.

Estamos ante un aumento de un 300 por ciento en el número de cetáceos y otros animales marinos muertos en las costas yucatecas respecto al 2015 y 2014. Eso, de los que se tiene noticia, ya que muchos más podrían no haber muerto en puntos más alejados de la geografía estatal. En la pasada semana hubo reportes, no confirmados por la Profepa y la Semarnat, de la muerte de un delfín y un cachalote enano. El primero fue enterrado, según nos dijeron, sin que las autoridades hicieran los estudios para determinar las causas de su probable muerte. Muy conveniente para echarle tierra a la epidemia de muertes de animales marinos en Yucatán.

Por lo pronto, Rogerio Castro ha señalado que su partido en el Congreso elaborará un expediente y llevará a cabo la denuncia pertinente ante la ASEA (Agencia de Seguridad Energética y ambiental) y la Profepa.

[h2]El comunicado, por fin.[/h2]

Semanas después de que se realizó la primera sesión de la llamada Red de Varamientos de Mamíferos Marinos en Yucatán, la Profepa emitió un comunicado en el que admite que “existe una línea de investigación dirigida a proyecciones sísmicas” realizadas en el Golfo de México y en aguas de Yucatán.

El silencio de la Profepa, cuando la franca complicidad de quienes conforman dicho comité que sesionó a puertas cerradas, genera algunas dudas.

En el comité estuvieron presentantes la SEMAR, CONANP, Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente del estado de Yucatán, la Universidad Autónoma de Yucatán, la dirección de ecología del Ayuntamiento de Progreso, y Pronatura Península de Yucatán. Se impidió la presencia de medios de comunicación. Ahora, la Profepa señaló que se ampliará dicho comité para que participen miembros de la “sociedad civil”: El maestro José Lafontaine, delegado de esta dependencia en la entidad, manifestó que se irá invitando a asociaciones civiles y voluntarios para integrarse a esta Red con el fin de fortalecer la atención y contar con información técnica y científica que permita el estudio profundo de las causas de los varamientos.

En el comunicado de la Profepa se afirma que “a manera de conclusión se indicó que los varamientos fueron derivados en gran medida por pesca incidental, sin embargo existe una línea de investigación dirigida a proyecciones sísmicas que se estudiarán en coordinación con esta Red”.

También se dice que se han registrado un total de 9 casos de varamientos de cetáceos en las costas de Yucatán, en el primer trimestre de este año.

Las especies varadas corresponden a siete varamientos de [i]Tursiops truncatus[/i] (delfín bufeo o tonina), una de Kogia breviceps (cachalote pigmeo) y otro de Balaenoptera physalus (ballena de aleta). Cinco varamientos ocurrieron en Progreso y cuatro en el puerto de Sisal.

[h2]Mayapolitikon, informa[/h2]

El portal Mayapolitikón afirma que frente a Yucatán se realizan trabajos de prospección petrolera y de exploración geofísica y sismológica, previstos hasta el 21 de septiembre, y que son cuatro barcos los realizan este proyecto. Se trata, dice, de los barcos Osprey Explorer, que remolca un cable de 12 km de largo a una profundidad de 15 metros, custodiado por las embarcaciones B-1 y Tampico Star 13; el Northern Explorer hace lo mismo, resguardado por el Palo de Tinte y Tampico Star 20; misma tarea realiza del Hawk Explorer, custodiado por las embarcaciones Don Enrique II y Tampico Star 14. Otra embarcación es el Harrier Explorer, del cual no se precisa qué trabajo realiza, ni si cuenta o no con resguardo alguno.

Asimismo, señala Mayapolitikón “que según www.vesselfinder.com, el sábado 19 de marzo el Ospreys Explorer se encontraba entre Tampico y Matamoros, en tanto que el Northern Explorer navegaba frente a la costa norte de Cuba”.

Además, por si fuera poco, afirma que el buque Harrier Explorer (con bandera de Panamá y construido en 1979), a su vez, se encontraba este sábado pasado 19 de marzo frente a Progreso, Yucatán.

Sus informaciones se basan en “el boletín diario que emite el Derrotero Meteorológico, de la Coordinación de Puertos y Marina Mercante de la SCT”.

¿Qué dicen al respecto la Semar, la Profepa, la UADY, la Semarnat, la Capitanía del Puerto de Progreso y la Seduma Yucatán?