Angélica Enciso L.
Foto: infoqroo
La Jornada Maya

Cancún, Quintana Roo
Lunes 16 de abril, 2018

La mayor presión al medio ambiente por desarrollos turísticos ocurre en Quintana Roo, donde en los cinco años pasados se ha sancionado a por lo menos 18 grandes complejos por irregularidades, que van desde incumplir las autorizaciones de impacto ambiental hasta cambios de uso de suelo no autorizados. Entre los casos más relevantes destacan Dragon Mart y el muelle en Tajamar.

En entrevista, el subprocurador de Recursos Naturales de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Ignacio Millán, explicó que las violaciones ambientales de complejos turísticos e inmobiliarios se dan sobre todo porque no se cumplen las medidas de mitigación o compensación establecidas en los permisos de impacto ambiental, determinados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), así como por cambio de uso de suelo no avalado por la dependencia.

Entre los casos inspeccionados por el organismo están la ampliación del hotel Moon Palace, en 2014, con la cual la empresa Puerto Bonito buscaba agrandar un muelle. La Profepa lo suspendió y ordenó presentar un programa calendarizado de retiro.

De los 18 casos reportados por la Profepa, 10 se presentaron durante 2017, en los municipios Solidaridad, Benito Juárez y Puerto Morelos; entre ellos, el proyecto del hotel Occidental Grand Cozumel, al cual se le ordenó restaurar la superficie afectada y abstenerse de hacer obras, además de someterlas a evaluación de impacto ambiental.

Millán detalló que las inspecciones se realizan a partir de que la Semarnat envía autorizaciones otorgadas y denuncias ciudadanas. En algunos casos, explicó, hay permisos otorgados, pero también incumplimiento en términos y condicionantes, lo cual lleva a sancionar los proyectos.

Lo que está prohibido cambiar es el uso de suelo que afecte ecosistemas de manglar, afirma.

Hay casos de incumplimiento de determinaciones, como en Tulum, donde se han presentado denuncias penales contra el bar Adelita y el hotel Mi Amor, que tienen constantes acusaciones y no han cumplido con las autorizaciones.

En el caso de Holbox, que pertenece al área de protección de flora y fauna Yum Balam, hay un programa permanente de vigilancia; ya sin plan de manejo y de ordenamiento ecológico, se convierte en un gran problema: tenemos que estar vigilando y clausurando. Muchas veces son los pobladores los que realizan esas actividades, pero la ley prevé una excepción para ellos siempre y cuando sean casas habitación; de no ser así, deben contar con la manifestación de impacto ambiental de la Semarnat.

Otro caso de incumplimiento de autorización de impacto ambiental donde sigue la clausura es el desarrollo Infinity, contiguo a Tajamar, el cual sigue un proceso jurídico.


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