“La gratitud te mantiene siempre en una actitud de felicidad, debemos ser agradecidos desde el momento de despertarnos. Tú eres el eje, entonces puede elegir girar sobre lo positivo, lo bueno, lo agradable, aquello que te hace feliz, enfócate en eso; parte de la gratitud es valorar más lo que tenemos que lo que no tenemos”, manifiesta Alma Elena Sarabia, permacultura y biocrostructora, en relación al Día Internacional de la Felicidad, que se celebra este domingo 20 de marzo.
Tras vivir muchos años en la Ciudad de México y Guadalajara, Alma decidió dar un giro a su vida y hace tres años llegó a vivir a Bacalar, donde fundó el proyecto ecológico Arca. Escogió vivir junto a su hijo de nueve años en la selva, haciendo su casa con materiales reciclables y cultivando su propio alimento. Eso para ella es la felicidad.
”Más que un estilo de vida es una forma de vivir más feliz, practicamos la alquimia de modo que le damos nueva vida a materiales reciclados que la gente desecha para transformarlos en cosas productivas y bonitas”, destaca.
Explica que en su vida en las ciudades tenía todo lo que necesitaba pero en realidad no era feliz: “te lo digo sinceramente, todo el tiempo era solamente estar trabajando, estar ganando dinero para pagar deudas, tener cosas para poder estar en la altura y el estatus de la ciudad y eso ya me generaba demasiado conflicto y me impedía ser feliz”.
Abundó que la permacultura básicamente consiste en “cuidar de la naturaleza y ella te cuida”, entonces comprendió que no hace falta tanto dinero para ser felices “porque en realidad lo que tienes para ser feliz ya la naturaleza te lo dio, si te sientes un poco triste toma un poco de sol, si te sientes un poco decaído come una fruta dulce”.
En su nueva casa, comenta, está en estrecha convivencia con la naturaleza. Tiene una huerta donde cultiva diversos alimentos: “vemos que ya están germinando nuestras semillas, que ya viene la cosecha y todo eso de verdad nos hace sentirnos tan plenos, tan felices, veo los jardines llenos de flores, de mariposas y me quiere explotar el corazón de gratitud y felicidad”.
Cada letra de ARCA tiene un significado: A es porque todo lo hacen con amor, R de respeto porque si los seres humanos respetamos el medio ambiente vamos a tener una vida mucho mejor, C es la conciencia que le inculca a todos los que se acercan a este proyecto y por último la A de armonía con la naturaleza.
“Nosotros en Arca funcionamos como centro de aprendizaje en permacultura, queremos que la gente aprenda a vivir de esta manera porque en realidad ves cómo cambia la vida muchísimo. Si la gente aprendiera que la permacultura de verdad es integral, que te da todo lo que necesitas para vivir bien, el dinero pasa a segundo término”, indica la entrevistada.
Sostuvo que su misión es que la gente tenga acercamientos a través de su aldea con la naturaleza, por lo que llevan a cabo talleres de educación ambiental con gente de la región, desde los niños hasta las amas de casa, quienes con empeño, corazón y actitud sacan adelante a sus familias.
“Es una simbiosis muy padre, todos dan, todos reciben y es algo que se vuelve como un bucle interminable”, destaca Alma Elena Sarabia. Su proyecto es conocido a nivel internacional e incluso varios extranjeros han acudido a ella para replicar este estilo de vida en sus países. Para mayor información sobre este proyecto pueden consultarse las redes sociales Facebook y Youtube como El Arca Bacalar.
Edición: Emilio Gómez
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