Pecarí de labios blancos, en riesgo por caza furtiva

Especie: Tayassu pecari

Tamaño: Altura promedio de 55 centímetros y longitud de 90 a 139 centímetros

Peso: Entre 25 y 40 kilogramos

Característica distintiva: Una mancha clara, en forma de barba, en la base de la boca o en torno a los labios.

Hábitat: Selva espesa

Depredadores: Grandes felinos como jaguares y pumas, y el hombre

Categoría: En peligro de extinción.

El pecarí de labios blancos (Tayassu pecari) es una de las especies en peligro de extinción en la península de Yucatán derivado del desarrollo humano y por la caza furtiva, informó Gonzalo Meréndiz Alonso, director ejecutivo de la agrupación Amigos de Sian Ka’an. 

Declaró que esta especie tiene una distribución limitada en la península Yucatán y han visto poblaciones relativamente pequeñas en Sian Ka'an, Quintana Roo y en Calakmul, Campeche.

Sostuvo que posiblemente en otros puntos de la península ya no se encuentre este animal porque requiere de selvas en buen estado de conservación, ya que vive en manadas muy grandes, donde muchas decenas de individuos recorren muchos kilómetros para buscar su alimento.

“El pecarí de labios blancos es una de las tres especies de jabalí que tenemos aquí en México, tenemos al de labios blancos, pecarí de collar y el Cozumel, son las tres que habitan en la zona, donde el de Cozumel es una especie única que no se encuentra en ningún otro lado del mundo”, expresó.

Meréndiz Alonso indicó que los lugares donde hay mucha gente, carreteras y cultivos no son adecuados para ellos, de manera que es una especie en peligro de extinción, apreciada por las comunidades mayas, y de acuerdo a sus costumbres la cazan para el autoconsumo, pero lamentablemente también se cazan ilegalmente para su venta en el mercado negro.

“Son animales que al moverse en grandes grupos pues a veces la gente les tiene miedo porque se encuentran con muchos de ellos se ven algo amenazadores, sin embargo, en general son animales que tienden a huir de las personas”, indicó el biólogo.

Abundó que el pecarí tiene un papel importante porque es presa clave para animales como el jaguar y el puma, que a veces los cazan para mantenerse, y son una especie en peligro de extinción que contribuye a la vida de otro tipo de fauna, pero que podría desaparecer por las malas prácticas del ser humano que al cazarlo lo usan tanto por su carne como por su piel, que es objeto del comercio internacional de cueros.

Informó que otros nombres que recibe son: pecarí labiado, huangana, manao, cafuche, chacure, tañí katí, senso, chancho tropero, tatabra, cochino de monte o saíno, dependiendo de la zona.

De acuerdo con el Programa de Conservación de Especies en Riesgo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), esta especie se caracteriza por una mancha clara, en forma de barba, en la base de la boca o en torno a los labios, de allí su nombre.

Tiene una altura promedio de 55 centímetros, y una longitud de 90 a 139 centímetros. El adulto pesa entre 25 y 40 kilogramos. Posee una cabeza grande y de forma triangular, con una cara plana, el cuello es corto, su cuerpo es compacto y en forma de barril; los ojos son pequeños con escasa visión, pero su magnífico olfato compensa este déficit. 

Las patas son cortas y delgadas, las delanteras tienen cuatro dedos y las traseras tres dedos, los cuales están modificados para la formación de la pezuña. La cola es vestigial, las orejas, ovaladas y erectas.

Es un animal diurno y vive en inmensas manadas, de 50 a 300 individuos. En ciertas épocas del año, en algunas zonas, las manadas grandes se dividen en grupos más pequeños de acuerdo con la distribución y abundancia de los alimentos o la presencia de depredadores. Hay evidencia de intercambios de individuos entre manadas vecinas y de apareamientos entre macho y hembra de diferente manada.

El período de gestación del pecarí de labios blancos es de aproximadamente 158 días, existen evidencias de picos de nacimientos tanto en el verano, en la época de mayor humedad, así como en la época de secas. Los períodos entre los partos oscilan entre los seis y 14 meses, el número de crías por camada es de una a cuatro y pueden llegar a pesar entre 500 a 900 gramos cada una.

Sólo permanecen con sus madres por dos a tres meses, si una camada se pierde, la hembra puede rápidamente aparearse otra vez y dar una segunda camada anual. En cautiverio, el pecarí de labios blancos llega a vivir hasta 13 años y presenta tasas de mortalidad relativamente bajas, por lo que pueden incrementar su tamaño poblacional relativamente rápido.

Es omnívoro y aunque prefiere consumir frutos, también se alimenta de raíces, tubérculos, nueces, hierba e invertebrados. Se distribuye desde el extremo sur de México hasta el norte de Argentina. Vive desde el nivel del mar hasta más de mil 900 metros de altitud. De todas las especies de pecaríes, ésta es la que más prefiere la fronda cerrada y los ámbitos perhúmedos (de alta humedad).

Como cada viernes, La Jornada Maya te invita a conocer la fauna endémica del sureste mexicano. Aquí te compartimos la colección que tenemos hasta el momento. ¡Disfrútala!

Edición: Estefanía Cardeña