Foto: The Biological_bulletin

Nombre científico: Vampyroteuthis infernalis

Tamaño: 30 centímetros, aproximadamente

Hábitat: Desde los 600 a los 900 metros o más de profundidad en el mar

Característica: Tiene el ojo más grande del reino animal en proporción al tamaño de su cuerpo

El calamar vampiro (Vampyroteuthis infernalis) es una especie difícil de apreciar porque habita en aguas profundas; su aspecto es para temerle, pero es mucho más fascinante que peligroso, señaló el oceanólogo Alejandro Bravo Quezada.

“Aunque no es carismático como otros animales marinos sí es importante para el ecosistema. La especie habita en los mares de la península, pero únicamente en aguas abiertas, de manera que difícilmente lo veremos cerca de la costa”, detalló el experto.

Expuso que la especie es nativa de los océanos Índico, Pacífico y Atlántico, se mueve en rangos de profundidades que oscilan hasta un máximo de 3 mil metros y su estado de conservación no ha sido evaluado.

Detalló que es un animalito de unos 30 centímetros completamente inofensivo, vive en la zona límite de supervivencia de los animales aerobios (900 metros de profundidad), suspendido casi inerte en el agua capturando pequeñas partículas de materia orgánica (llamada nieve marina) para alimentarse. 

 

Foto: Dominio Público

 

Para ello se coloca con los tentáculos hacia arriba, formando un embudo que captura las pequeñas partículas de materia orgánica que va cayendo de la superficie y las transporta hacia su boca. Tiene el ojo más grande del reino animal en proporción al tamaño de su cuerpo, a pesar de vivir en zonas abismales donde prácticamente no hay luz.

Sus filamentos sensoriales retráctiles son únicos, a pesar de que comparte similitudes con los calamares y pulpos. Como una reliquia filogenética, es el único superviviente conocido de su orden, primero descrito y erróneamente identificado como un pulpo en 1903 por el teutólogo alemán Carl Chun.

El calamar vampiro no es una amenaza para los humanos. Su cuerpo es gelatinoso y su color varía entre el negro intenso y el rojizo pálido, dependiendo del lugar y las condiciones de luz. Una capa de piel conecta sus ocho brazos, cada uno de ellos forrado con hileras de espinas carnosas o cirros; el interior de esta "capa" es negro. Únicamente la mitad distal de sus brazos (la más alejada del cuerpo) poseen ventosas. El color oscuro del animal, así como su manto como capa y sus ojos rojos le dieron al calamar vampiro su nombre.

Los adultos maduros tienen un par de oídos externos como finas proyecciones de los laterales del manto. Estas proyecciones son el mecanismo principal de propulsión de los adultos: se dice que el calamar vampiro "vuela" por el agua. El potente pico de sus mandíbulas es blanco como el marfil. Dentro de las correas hay dos bolsas en las que los filamentos táctiles de la vela están ocultos. Estos filamentos son análogos a los tentáculos de un verdadero calamar; sin embargo, el número de pares de brazos es diferente a un calamar. Al contrario, hay el mismo número de filamentos que tentáculos en los pulpos.

 

Foto: NOAA

 

El calamar vampiro está cubierto enteramente de órganos productores de luz llamados fotóforos. Tiene un gran control sobre los órganos, y es capaz de producir destellos de luz para desorientar, que duran desde fracciones de segundo hasta varios minutos. La intensidad y tamaño de los fotóforos también puede ser modulada. Se pensó inicialmente que dos áreas blancas en la parte superior de la cabeza eran también fotóforos, pero han resultado ser fotorreceptores.

Los cromatóforos (órganos pigmentados) comunes en la mayoría de los cefalópodos están pobremente desarrollados en el calamar vampiro. Si bien, esto significa que el animal no es capaz de cambiar el color de su piel de forma brusca como el resto de los cefalópodos, tal estrategia no es necesaria en las oscuras profundidades en las que vive.

Esta especie es un ejemplo extremo de cefalópodo de aguas profundas, capaz de vivir en las profundidades afóticas (carentes de luz) desde los 600 a los 900 metros o más. Esa franja de los océanos del mundo forma un hábitat diferenciado conocido como la zona de oxígeno mínimo (ZOM). Dentro de la ZOM la presencia de oxígeno es demasiado baja para la mayoría de los organismos de metabolismo aeróbico. Sin embargo, el calamar vampiro puede vivir y respirar con normalidad en la ZOM con saturaciones de oxígeno tan bajas como un tres por ciento, una característica que no tiene ningún otro cefalópodo y de la que muy pocos animales pueden hacer gala.

Para arreglárselas a esas tremendas profundidades, el calamar vampiro ha desarrollado algunas adaptaciones extremas. De todos los cefalópodos de aguas profundas, su metabolismo basal es el más bajo. La hemocianina de su sangre azul fija y transporta el oxígeno de un modo más eficaz que en otros cefalópodos, ayudado por unas agallas de tamaño extra grande. Estos animales tienen una musculatura débil, pero conservan una gran agilidad y flotabilidad debido a sus estatocitos (órganos de equilibrio similares a los del oído interno humano) y a sus tejidos ricos en amoniaco, casi de la misma densidad que el agua que les rodea.

 

Foto: Gonzalo Mucientes Sandoval

 

En la zona menos profunda donde vive el calamar vampiro, la vista desde abajo es como el cielo durante el crepúsculo: los extremadamente sensibles ojos de los habitantes de las profundidades son capaces de distinguir las siluetas de otros animales nadando por encima. Para contrarrestar eso, el calamar vampiro genera su propia luz azulada (bioluminiscencia) en una estrategia denominada "contrailuminación": la luz difumina la silueta del animal, enmascarando de forma efectiva a los ojos vigilantes de debajo. Sus propios y enormes ojos le permiten detectar incluso el más remoto de los reflejos. 

Tiene un par de fotorreceptores en la parte superior de su cabeza, quizá para alertar al animal de los movimientos que se produzcan por encima de él.

 

Ilustración @ca.ma.leon

 

Al igual que muchos cefalópodos de aguas profundas, el calamar vampiro carece de depósitos de tinta. Si se ve amenazado, en lugar de tinta, una pegajosa nube de moco bioluminiscente formada por innumerables bolitas se expulsará desde la punta de sus brazos. Esta cortina luminosa, que puede permanecer casi 10 minutos, debe ser para confundir a los posibles depredadores y permitir escurrirse entre las sombras al calamar vampiro, sin necesidad de nadar muy lejos. Este recurso sólo se usará si el animal se ve acorralado, ya que regenerar el moco bioluminiscente es algo muy costoso desde el punto de vista metabólico.

Se sabe poco acerca de la reproducción del calamar vampiro, hay autores que consideran que el macho transfiere el espermatóforo a la hembra, los huevos se depositan libremente en las aguas profundas. El dimorfismo sexual no es aparente, aunque el macho es más pequeño que la hembra.


Como cada viernes, La Jornada Maya te invita a conocer la fauna endémica del sureste mexicano. Aquí te compartimos la colección que tenemos hasta el momento. ¡Disfrútala!

 

Edición: Estefanía Cardeña


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