Araña espinosa, devoradora de moscas y mosquitos

Nombre científico: Micrathena sexpinosa

Tamaño: Un centímetro

Dieta: Insectos

Hábitat: Periferias de bosques y jardines

Tiempo de vida: Un año

Ubicación: Desde Estados Unidos hasta Brasil

La araña espinosa (Micrathena sexpinosa) es una especie relativamente común e inofensiva (como la gran mayoría), la cual puede causar temor por sus colores o por las espinas, pero que cumple un papel importante en beneficio del ser humano al atrapar insectos voladores como moscas y mosquitos, informó César Raciel Lucio Palacio, técnico académico en el Colegio de la Frontera Sur unidad Chetumal.

Señaló que esa especie existe en casi todo el territorio mexicano. Además, su distribución abarca todo el continente americano, desde Estados Unidos hasta Brasil. El nombre general o común de este tipo de arañas es simplemente espinosas; hay muchas especies de este tipo de arañas del género es Micrathena y alrededor de 118 especies son las que se conocen de ese tipo de arañas.

En México hasta ahora se han reportado unas 18 o 19 arañas del tipo Micrathena, aunque hay otras muy cercanas a ella que también tienen espinas en la pancita e incluso por ejemplo hay otras que les dicen arañas cangrejo o arañas panadera.

Refirió que estas arañas Micrathena llaman mucho la atención por la forma, no son arañas muy grandes, su cuerpo es de aproximadamente un centímetro de largo y la parte cefálica, donde están los ojos y de donde salen las patas, suele ser muy oscura y brillante, mientras que el abdomen es duro y tiene unas proyecciones puntiagudas, a manera de chipotes o espinas. 

Esta especie tiene precisamente seis espinas, dos proyecciones grandes espinosas y otras cuatro más pequeñitas y pueden tener colores amarillos, naranjas y rojos y unos puntitos negros.

El experto abundó que pese a su forma y color, que nos puede parecer alarmante, estas arañas son totalmente inofensivas para las personas, solamente comen insectos muy pequeños que atrapan en sus redes y son arañas que tienen veneno, pero el veneno de estos animales se ha desarrollado a lo largo de millones de años sólo para las presas que atrapan.

Dijo que ningún tipo de araña mata personas, es muy raro que el veneno de una araña le haga daño a los seres humanos: “hay unas excepciones muy concretas que son el resultado del azar evolutivo, pero en general nunca tenemos que preocuparnos de las arañas, ni siquiera aunque tengan colores amarillos o rojos”.

Apuntó que en el caso de estas arañas espinosas es común verlas porque hacen una telaraña casi vertical, un poco inclinada y redonda muy delgadita, no es tan visible, sólo cuando nos fijamos o cuando está llena de agua o tiene pegado algún insecto, pero son muy comunes en donde tenemos macetas, donde hay arbustos o de plantas no muy grandes.

Señaló que este arácnido no es tan abundante en la zona más profunda de las selvas, ellas prefieren zonas un poco abiertas en especial en el borde del monte o también en los jardines.

Expuso que lo que comen principalmente estas arañas son insectos voladores, entre los que encuentran los mosquitos, las moscas y también pequeñas avispas y abejas, de hecho se sabe hasta ahora que esta especie de armadura que tienen en su abdomen, llena de espinas y de una textura dura, es justo como una defensa contra las presas más difíciles que ellas consumen.

“La presencia de estas arañas nos permite saber también si de cierta forma estamos cuidando la vegetación que está ahí cerca, si vemos un potrero o un parque en donde están este tipo de arañitas, pues podemos saber que ahí la vegetación está creciendo adecuadamente, conforme los árboles crecen más y hay más sombra empieza a haber menos de este tipo de arañitas”, acotó el investigador.

Resaltó que estos animalitos son muy buenos aliados del ser humano en contra los moscos, por ejemplo, porque ellas tienen su tela y los moscos al pasar se quedan pegados. Cazan principalmente de día, ya cuando es de noche se quedan acurrucadas o hechas bolitas en una de las puntas de su telaraña.

La araña espinosa tiene unos colmillos tan pequeñitos que ni siquiera alcanza a traspasar la piel de una persona e incluso si se traspasara su veneno no provoca alguna reacción. Ellas viven un año, tienen un ciclo de vida anual y eso quiere decir que tienen una época de reproducción corta.

Dejó en claro que las hembras no se comen a los machos, porque luego existe esa opinión de que todas las hembras se comen a sus parejas. Después de que la hembra pone los huevecillos se puede quedar ahí durante varias semanas, luego teje como un costalito con una tela especial y dentro pone todos los huevecillos. Tras ello empiezan a salir las arañitas dependiendo de qué tan buena nutrición tuvo la mamá y de varias cosas del entorno. 

Pueden salir camadas 40 a 60 arañitas muy pequeñitas que empiezan a desplazarse por las ramas de la vegetación o tejen una tela especial como un paracaídas que los ayuda a desplazarse a varios cientos de metros.

César Raciel Lucio Palacio comentó que en la región en la península de Yucatán esas arañitas suelen nacer a principios de año, incluso todavía como a la mitad de primavera, pero ya a mediados de verano o a mediados de otoño es cuando vemos a las arañas más grandes.

Apuntó que a los machos a veces ni siquiera los alcanzamos a ver porque son muchísimo más pequeños que las hembras y no tienen un cuerpo con esas espinas, no tienen colores llamativos y a veces hasta pareciera que son un mosquito que está pegado en la tela por el tamaño que tienen.

Destacó que si bien no se considera que sean una especie en peligro de extinción, sí son animales muy sensibles a la pérdida de áreas verdes y también a la fumigación, porque sobre todo los productos químicos se quedan pegados a su tela. Estas arañas limpian su tela, se comen a los insectos que están pegados en ella y entonces al mismo tiempo también se pueden comer ese pesticida o alguna sustancia que la va a matar o les va a afectar en su desarrollo.

En ese sentido, declaró que si no hay vegetación ellas no pueden construir sus telas y entonces esto es muy importante porque también se establece una relación importante: cuando tenemos algo de plantas habrá arañas que se van a comer a los mosquitos.

“Si quitamos toda la vegetación y quitamos todas las arañas, los mosquitos no tienen ninguna barrera y es mucho más fácil que haya moscos y que nos piquen más fácil y obviamente que transmitan más enfermedades. Estas arañas al parecer sí son algo sensibles al cambio climático y al cambio en los patrones de lluvia porque justo hay como una sincronización: cuando nacen las arañitas necesitan que haya algo de agua y bastante comida, pero pues si nacen y ha cambiado la temporada de lluvia y hay mucha menos comida y hay mucho estrés por altas temperaturas, esta especie también se ve afectada”, explicó el experto.

Invitó a observar estos animales, a apreciarlos, a no tenerles miedo y a saber que tienen un papel muy importante en la naturaleza, “sobre todo porque es un papel que a nosotros nos da un beneficio inmediato, que es el de que son nuestros aliados contra mosquitos, contra moscas y otros pequeños insectos voladores que nos pueden causar malestares o molestias”.

Como cada viernes, La Jornada Maya te invita a conocer la fauna endémica del sureste mexicano. Aquí te compartimos la colección que tenemos hasta el momento. ¡Disfrútala!

Edición: Estefanía Cardeña