Sereque, el roedor de los mil nombres

Nombre científico: Dasyprocta punctata

Nombres comunes: Agutí centroamericano, guaqueque, sereque, cotuza, guatín, ñeque, jochi colorado, cherenga, guatusa, sihuayro, carma, picure o añuje

Estado de conservación: En riesgo

Peso: 2 a 3 kilos 

Tamaño: Entre 42 y 62 centímetros

Periodo de gestación: 108 días 

Dieta: Herbívoro.

El sereque (Dasyprocta punctata) es una especie de roedor de la familia Dasyproctidae, que mide entre 42 y 62 centímetros y pesa de dos a tres kilos. Se caracteriza por un pelo castaño rojizo y por ser herbívoro. Solía ser bastante común, sin embargo, por la pérdida de hábitats ya cada vez son más focalizados los sitios donde se pueden ver, y se encuentran en prácticamente toda la península de Yucatán, tanto el sereque mexicano, como el sereque centroamericano.

“El sereque mexicano es esa especie endémica y se encuentra en peligro crítico de extinción, el otro no está en ninguna categoría de riesgo y pues ese ya lo puedes encontrar en otros sitios hasta Sudamérica”, compartió la bióloga Yazlin Marrufo Novelo, encargada del domo digital en el Planetario de Cozumel.

También existe otra especie, que es el tepezcuintle, que pertenece a la misma familia de los sereques y se puede diferenciar fácilmente porque el tepezcuintle tiene unas manchas claras a los costados, pero el sereque no, sin embargo, son como primos y se pueden confundir con facilidad, pero identificando las manchas es posible notar la diferencia.

El sereque mexicano, reiteró, no tiene estas marcas distintivas, su coloración es oscura, café oscuro, viven un promedio de 13 años y están en la categoría de riesgo. Son roedores que viven al nivel del suelo, tienen buenas garras para excavar, hacen madrigueras, incluso túneles, viven en la selva, pero también se pueden encontrar en los manglares, cerca de los cenotes, porque viven asociados a los cuerpos de agua y por el mismo tema de la pérdida del hábitat ya no se encuentran en un ecosistema específico.

Puede haber lugares donde se hayan adaptado al impacto antropogénico y se les puede ver incluso en sitios como los campos de golf de la zona, en donde lamentablemente no son nada bien recibidos en esos espacios, porque excavan y hacen túneles, lo que afecta esa actividad en específico.

La pérdida de sus hábitats como consecuencia de la urbanización se ha convertido en su principal amenaza, aunque también es una especie que se consume, es decir, es uno de los alimentos para los pueblos originarios, pero no en grandes cantidades, por lo que esa no sería una gran amenaza; además de que se puede convertir en alimento para jaguares y boas constrictor.

Respecto a la reproducción, el sereque puede tener de dos a cinco o seis crías, su periodo de gestación dura en promedio 103 días y se pueden reproducir hasta dos veces al año, el destete se produce entre los 4 y 5 meses de edad; habitualmente entre los meses de marzo y mayo, que es cuando los árboles tienen frutos, porque su dieta principalmente son frutas y semillas, y es cuando los bebés tienen más alimento disponible. 

Generalmente, los sereques viven en familias, aunque no muy grandes, sin embargo, al haber cambios en sus hábitats y encontrar ellos nuevos espacios para vivir, como ha ocurrido en los campos de golf, también cambia el comportamiento de los animalitos y sí se les puedes ver en grandes cantidades, varias familias juntas buscando alimentos. Pero normalmente no están todos en grupo, incluso en los hábitos para alimentarse suelen ser animales de día, pero si no encontraron durante el día comida o había mucha perturbación humana, pueden invertir sus horarios y se refugian en sus madrigueras durante el día y salen en la noche a alimentarse.

Son completamente herbívoros, comen frutas, semillas y así como las ardillas, acopian para tiempos difíciles. Guardan su reservorio en las madrigueras o en troncos huecos, convirtiéndose en uno de los mayores dispersores de semillas que se tienen en la península, posiblemente el más importante entre los roedores.

“Justo este hábito de guardar, de enterrar semillas, pues contribuye a que germine un futuro árbol o también el trabajo de dispersión, de desplazar de un lado a otro las semillas”, acotó la especialista y recomendó que en caso de avistarlos, simplemente disfrutar de la observación de la especie, tomar en cuenta que no son agresivos, son bastante pacíficos y tranquilos, muchos ya están acostumbrados a la presencia humana, por lo que únicamente hay que respetar la distancia para no estresarlos.

“Disfrutar de verlos, son muy curiosos, son muy particulares y pareciera que no tienen cola, pero sí tienen ahí una colita de unos cuantos centímetros, como desproporcionada, la parte de adelante es más pequeña que la de atrás, como que siempre están inclinados, pero eso les ayuda a impulsarse, como tiene patas traseras largas, brincan y las delanteras son chiquititas”, especificó.

El sereque vive en entornos saludables, en espacios naturales, y en asociación con otras especies que son herbívoras se comen los restos que dejan otros animalitos, como los monos, que bajan a alimentarse de frutas o semillas que encontraron en árboles y ellos lo aprovechan, sobre todo porque no trepan.

Como cada viernes, La Jornada Maya te invita a conocer la fauna endémica del sureste mexicano. Aquí te compartimos la colección que tenemos hasta el momento. ¡Disfrútala! 
 

Edición: Estefanía Cardeña