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La Jornada Maya
26/01/2025 | Chetumal, Quintana Roo
En 2024 en Quintana Roo había 74 mil establecimientos y 580 mil personas trabajaban en estos; 91 por ciento de los establecimientos eran micronegocios y emplearon a 35.1 por ciento de las personas ocupadas, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) al ofrecer los resultados de los Censos Económicos (CE) realizados durante el año pasado.
Los CE permiten conocer qué, cuánto, cómo, dónde y con qué se produce en la economía de Quintana Roo y de todo el país. La información se recabó en 2024, lo que permite conocer el total de los establecimientos que había en ese año, así como su personal ocupado.
Los datos de carácter económico (ingresos, gastos, remuneraciones, activos fijos y tecnologías de la información, entre otras variables) se refiere al año inmediato anterior; es decir, del 1 de enero al 31 de diciembre de 2023, para todos los establecimientos y empresas del sector privado y empresas paraestatales.
Desde 1930, los CE se realizan cada cinco años y la de 2024 fue su edición número 20. El total de 74 mil 640 establecimientos contabilizados el año pasado incluye establecimientos que iniciaron operaciones en 2024. En el sector privado y en las empresas paraestatales operaban 58 mil 457 unidades económicas en 2023 y en estas laboraban 427 mil 378 personas.
De las 58 mil 457 unidades económicas, predominaban las micro -que emplean 10 personas o menos-, con 91 por ciento del total estatal y emplearon 35.1 por ciento del personal ocupado. Su contribución fue de 27.5 por ciento de los ingresos del total de la entidad.
Por otra parte, los establecimientos grandes (con 251 personas o más) representaron 0.4 por ciento de las unidades económicas. Estas emplearon 26.2 por ciento del personal ocupado y contribuyeron con 19.0 por ciento de los ingresos de la entidad.
Los resultados oportunos muestran que, entre 2018 y 2023, el uso de efectivo se mantuvo como el principal medio de pago para las ventas, pero disminuyó de 93.0 a 88.4 por ciento. En contraste, el uso de tarjetas de crédito o débito pasó de 24.6 a 35.9 por ciento y el uso de transferencias electrónicas de fondos aumentó de 14.2 a 21.1 por ciento.
Edición: Fernando Sierra