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Miguel Améndola
27/10/2025 | Tulum, QRoo
Miriam Moreno Sánchez, conocida también como Mina Morsán, es una mexicana originaria de Guadalajara, Jalisco, que recientemente formó parte de una misión humanitaria internacional con destino a Gaza a bordo del velero Shirin, un barco de apoyo legal independiente que acompañó a la
flotilla Sumud en su intento por romper el bloqueo impuesto a la Franja.
Mina, quien reside en Quintana Roo desde 2019, compartió que su participación en la misión no fue parte de un plan premeditado. “Una amiga mía, capitana de barcos de rescate en el Mediterráneo, fue llamada para capitanear el Shirin, y yo me ofrecí para apoyar en lo que se pudiera. Soy buza y pensé que mis habilidades podrían ser útiles”, relató.
Foto: Cortesía Mina Morsán
La activista se trasladó a Catania, en el sur de Sicilia, Italia, para colaborar en la preparación de los barcos. Pronto se integró al equipo y al abrirse un espacio en el velero, se embarcó en esta travesía, que describió como “peligrosa, urgente y necesaria”.
“Fue un reto gigante. Personas de distintas nacionalidades, idiomas y culturas nos organizamos para hacer lo que los gobiernos no han querido: romper un bloqueo inhumano que lleva décadas dañando al pueblo palestino”, explicó Mina en enlace telefónico.
Con una maestría en Medio Ambiente, Cultura y Sociedad por la Universidad de Edimburgo, Escocia, Mina ya había estado involucrada en iniciativas solidarias con Gaza desde su estancia en Europa. Esta misión fue, para ella, una manera de actuar de forma más directa.
“Cada quien tenía su historia, pero lo que nos unía era la convicción de que las cosas pueden ser diferentes si nos organizamos. Fue una muestra de hasta dónde puede llegar la solidaridad”, narró.
La tripulación del Shirin estaba compuesta por una gran diversidad de personas: médicos, abogados, ingenieras, madres con hijas, carpinteros, cocineras, marineros experimentados y voluntarios sin experiencia en el mar. A todos los unía un objetivo común: denunciar el bloqueo y exigir justicia para el pueblo palestino.
“Las personas que estábamos ahí también estábamos activas en nuestras propias luchas territoriales. La conexión entre lo local y lo global fue clarísima para mí: todo está relacionado”, expuso.
Abundó que la flotilla vio frenada su misión, puesto que enfrentó momentos de tensión cuando las
embarcaciones fueron interceptadas en el Mediterráneo. Moreno formaba parte del Shirin, que navegaba detrás del grupo principal.
“Cuando comenzaron las intercepciones, hicimos maniobras y nos dirigimos hacia el norte. Dos días después llegamos a Chipre. No nos secuestraron ni arrestaron, pero estuvimos pendientes de lo que ocurría con nuestros compañeros y compañeras de las otras embarcaciones”, contó.
Desde Chipre, colaboró con el equipo de apoyo legal en tierra y con la delegación mexicana, recibiendo información sobre las liberaciones y el paradero de las personas detenidas.
Un llamado desde el exilio académico
Tras esta experiencia, Mina no ha regresado a México. Permaneció en Escocia para finalizar su maestría, cuyo acto de graduación está previsto para finales de noviembre. “Regresaré a México después de mi graduación. Ha sido un proceso largo, pero muy valioso”, comentó.
Antes de despedirse, la joven enfatizó la importancia de mantener la presión internacional sobre los gobiernos: “necesitamos seguir exigiendo que rompan las relaciones político-económicas con el Estado de Israel. Esas alianzas son las que sostienen el genocidio. La solidaridad no debe quedarse en el mar: también debe ejercerse desde nuestros países”.
Finalmente, hizo un llamado a ejercer presión desde los países de origen: “Hay que exigir a los gobiernos que rompan las relaciones político-económicas con el Estado de Israel. Esa legitimidad internacional es lo que sostiene el genocidio. Y este tipo de acciones deben replicarse con otros pueblos que sufren en México y en el mundo”.
Edición: Ana Ordaz