'Llegué a la gubernatura de QRoo con el apoyo de Colosio': Villanueva Madrid

Nunca me imaginé ser candidato a la titularidad del Ejecutivo, admite
Foto: Mario Villanueva Madrid

Mientras estudiaba ingeniería agrónoma en la Universidad Autónoma de Chihuahua, el joven Mario Villanueva comenzó su vida política con algunas actividades en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en 1966. A esa edad nunca pensó que, a su regreso a Quintana Roo, le esperaría una carrera en ascenso de la mano de Javier Rojo Gómez, quien lo llevaría hasta la silla de Palacio de Gobierno con el apoyo de Luis Donaldo Colosio. 

En entrevista con La Jornada Maya, Mario Ernesto Villanueva Madrid, de 72 años, nos responde una llamada telefónica desde su casa –en donde se encuentra desde hace varios meses bajo prisión domiciliaria– para platicar de los inicios de su carrera política y cómo es que llegó a la gubernatura de uno de los estados más jóvenes del país entre 1993 y 1999, tras su “aburrido” paso por el Senado y su frustración por nunca ocupar una curul federal, como él mismo lo describe. 

Actualmente, el ex gobernador no tiene partido, pero desde sus inicios fue priísta, aunque ahora “ni quiere ser”. Villanueva Madrid recuerda sus primeros años en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde fue invitado junto con un grupo de estudiantes de la universidad para apoyar las campañas electorales “como infantería pura”, es decir, colgando mantas o repartiendo propaganda.

“Qué otra cosa podía hacer uno cuando no había aún una formación política en la mente, uno hacía sus pininos. En ese tiempo tenía la foto del Che Guevara, y bueno, ahora casi me da pena decirlo, pero creo que todos los jóvenes inquietos pasamos por una etapa similar, nos sentíamos comunistas y ni sabíamos qué era eso, hasta pena me da”, relata el ingeniero.

A su regreso a la entidad, en julio de 1978, una vez concluida su formación como ingeniero agrónomo, el entonces gobernador Javier Rojo Gómez le da oportunidad de trabajar en lo que fue la Secretaría de Agricultura federal, por lo que fue uno de los ingenieros que trabajó en el planteamiento del área agrícola que hoy ocupa el Ingenio Álvaro Obregón. 

En aquel año, comenta, no existían estudios para el establecimiento de un área agraria en esa zona que abarca las localidades de Carlos A. Madrazo y Sergio Butrón, lo que dio paso a un área de cultivo. Al mismo tiempo fue invitado a militar en el PRI, aunque con escasa participación en campañas, pues Quintana Roo aún era un territorio federal. 

“No había actividad política, era limitada; básicamente era participar cerca del gobernador, y Rojo Gómez nos abrió los espacios a muchos jóvenes, él tenía la intención de ser el último gobernador del territorio, quería que nos auto-gobernáramos”, recuerda.

De este modo se formó poco a poco en la política de la mano inicial de Rojo Gómez junto con otras figuras como Miguel Mario Angulo Flota, quien fue secretario General de Gobierno a los 26 años y actualmente es magistrado supernumerario del Poder Judicial.

De Javier Rojo Gómez reconoce la intención de crear una clase política y administrativa que tuviera la capacidad para dirigir el estado y de donde salieron personajes como Jesús Martínez Ross, a quien colocó en la secretaría general del PRI, que en ese tiempo era partido único, sin oposición. 

Villanueva Madrid reconoce que aquel joven que inició con sus “pininos” en Chihuahua nunca imaginó que su carrera llegaría tan lejos, porque estaba orientado a la actividad técnica por su formación como ingeniero agrónomo, justo por lo cual regresa a Quintana Roo, en donde su objetivo principal era sentar las bases para una actividad agrícola y aprovechamiento forestal, que era muy escasa. 

“No había ni vacas en esta zona, se tomaba leche Rainbow, que venía desde Belice a través de Europa, como los quesos, y el turismo todavía no se abría. Rojo Gómez empezó a promover Cancún y el que le da impulso es Luis Echeverría, pero Rojo Gómez muere en diciembre de 1970 aún siendo gobernador del territorio y ya no hay quien siga”, cuenta.

 

Labor en el campo y trabajo social

Después de que Quintana Roo es reconocido como estado libre y soberano, un año después, en 1975, Martínez Ross es elegido como gobernador por la Primera Legislatura e invita a Mario Villanueva a ser agente general (o delegado) de la Secretaría de Agricultura y Ganadería federal, pero cedido al estado. 

Dedicado al campo, una de las actividades más importantes en ese momento para Quintana Roo, que apenas daba sus primeros pasos con Cancún y Cozumel en el ámbito turístico, Mario Villanueva, de 27 años, fincó la zona agrícola del sur del estado, que incluye el Ingenio Álvaro Obregón.

“A mí me toca la apertura de tierras para cultivo, se establecen los nuevos centros de población de Sergio Butrón, Carlos A. Madrazo, Alfredo V. Bonfil junto a Cancún, Luis Echeverría por Calderitas, José Ruvirosa por el río Hondo”, detalla; al mismo tiempo también participaba en el Comité de Estudios Políticos y Sociales del PRI en la entidad, la Confederación Agronómica en el estado y el Instituto de la administración pública.

Relata que las dos secretarías vinculadas con el campo, la de Agricultura y Ganadería y la de Recursos Hidráulicos, se fusionan y se crea la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, en donde es nombrado representante. Bajo ese encargo tiene acercamientos con Víctor Cervera Pacheco –quien estaba en campaña para ocupar la presidencia de la Confederación Nacional Campesina (CNC)– y lo invita a integrarse al Comité Nacional. 

 

Facebook Mario Villanueva

 

Tras cinco años en la Secretaría de Agricultura, Villanueva Madrid acepta la idea de ir al Comité Nacional de la CNC como secretario de Finanzas, aunque –para su sorpresa– en Quintana Roo ya pintaba con un perfil político junto con Pedro Joaquín Coldwell, según lo habían calificado algunos periodistas de la época.

Cuenta divertido: “en retrospectiva lo que pasaba es que yo era chile de todos los moles”, pues no sólo se dedicaba a su labor en el campo, sino que hacía labor social. 

En aquellos días, vivía en la calle Venustiano Carranza (en donde a la fecha se ubica una clínica particular) y una noche, a las tres de la mañana, un hombre fue a pedirle ayuda: su esposa estaba por dar a luz y no sabía qué hacer, así que Mario Villanueva los subió a su vehículo y los llevó hasta un hospital. 

“Hacía mucha labor social natural y al parecer eso es lo que me crea una imagen por la cercanía con la gente, lo mismo en el campo que en las colonias, aunque no eran muchas, y pues me crean una imagen de político”, recuerda. 

Para 1980, cuando Pedro Joaquín es nombrado candidato a gobernador del PRI, Villanueva Madrid es invitado a ser el coordinador de campaña y José Irabien Medina, quien fue secretario General de Gobierno con Martínez Ross, es designado candidato a la presidencia municipal en Benito Juárez; él se incorpora en ese cargo en el último periodo de su gobierno con el compromiso de ser ratificado por Joaquín Coldwell.

 

“El perro de las dos tortas”

Como anécdota recuerda haber acudido a una gira de trabajo al lado de Joaquín Coldwell a Cancún, quien le habría dicho que sería candidato ideal para la presidencia municipal “y fíjate, le dije que no me gustaría, aunque acataría si me mandaba […] Pedro aceptó que yo declinara pero me dijo que promovería a Joaquín González Castro y hasta que aceptó me liberé de ese compromiso. Qué cosas… le dije que no y cualquier político habría dicho ‘en caliente’ que sí. Pedro me dijo, ‘¿qué es lo que quieres?’ y yo respondí que quería ser candidato a diputado federal”. 

Para su objetivo, su primer escaño era ocupar la dirigencia del tricolor y de ahí colocarse con una imagen política ante la gente, aunque el entonces gobernador le cuestionó su intención. “Me dijo que la gente iba a pensar que me chingó, pero yo le dije que no me importaba mientras tuviera su calor”, pues no le importaría pasar de la Secretaría de Gobierno a la dirigencia del partido.

Durante sus dos años como dirigente, Mario Villanueva se dedicó a revitalizar el partido, recorrer el estado “y mover las bases” en su lucha por la candidatura a diputado federal, incluso ante el dirigente del PRI nacional, Adolfo Lugo Verduzco.

Para aquel entonces había dos diputaciones federales en el estado, una para la región norte en Cancún y otra para Chetumal, pero no contaba con que el entonces presidente de México, Miguel de la Madrid Hurtado, negociaría las posiciones.

Como no podía dar incremento de sueldo a los obreros, les daría posiciones políticas, por lo que asigna a Salvador Ramos Bustamante, de la CROC, en la zona norte y en la zona sur a una mujer, María Cristina Sangri Aguilar. 

“Para que veas que aunque yo tenía la imagen y todo eso, no siempre funciona […] Me quedé como el perro de las dos tortas —ríe—. El único cargo por el que he luchado fue ese y no lo conseguí nunca”, manifiesta.

De la dirigencia del PRI, tras la muerte de Eric Paolo Martínez en febrero de 1985, Mario Villanueva ocuparía la Secretaría de Desarrollo Económico en el gobierno de Joaquín Coldwell. Dos años después, en 1987, junto con el entonces candidato a la gubernatura, Miguel Borge Martín, contiende por la diputación local en el distrito I y llega a ocupar la presidencia de la Gran Comisión en la V Legislatura del Congreso del Estado. 

Recuerda también haberse negado a ser diputado “porque los diputados tenían muy mala imagen, decían que los diputados eran una bola de flojos que no hacían nada y la gente habla re mal de ellos, por eso no quería y yo ya estaba en otro periodo de la CNC”.

Convencido por un amigo cercano, Villanueva Madrid accedió a ser diputado, sólo para mantener vigencia “porque santo que no es visto no es adorado”. Al concluir como legislador, en 1990, se acercó con Miguel Borge a plantearle su inquietud para sucederlo, pero para ello quería postularse como presidente municipal en Benito Juárez. ¿Las razones? Quería avanzar en la política y extender su posicionamiento en el norte del estado.

“Olía mucho a campo para entonces, CNC, Confederación Campesina, y a nivel nacional había rechazado la Confederación Agrocampesina por lo mismo; huelo a campo, huelo a sur y Cancún es distinto, hay otra dinámica y otro tipo de población y allá voy a oler a todo el estado y me puse como niño chiquito a decir ‘quiero Cancún’”. 

Líderes como Magali Achach acuden a la gira en Tabasco de Luis Donaldo Colosio Riojas, quien era presidente del PRI a nivel nacional, y le dijeron: “‘Queremos a Mario como candidato’; Colosio accede y se pone de acuerdo con el gobernador Borge y me nombran candidato”. En 1990, Villanueva Madrid asumió la presidencia municipal de Benito Juárez.

 

Palomeado por Salinas

Ya como alcalde, Silvia Hernández, mujer cercana a Colosio Riojas, le da un recado de parte del presidente Carlos Salinas de Gortari: “‘No vayas a comentar con nadie, pero ya te palomeó el presidente Salinas para que seas senador’. Le dije, ‘¿Y si no quiero ser senador?’ A mí me gustaba más lo Ejecutivo que lo Legislativo, pero me dijo que yo estaba palomeado y otra vez a hacer campaña”. En pocos meses tuvo que hacer campaña política para diputado local, alcalde y senador, posiciones que obtuvo con el voto ciudadano. 

Ya en el Senado de la República, en 1991, Mario Villanueva, de 43 años, relata que el PRI era constantemente atacado por el entonces perredista Porfirio Muñoz Ledo, y que se integraba de un grupo de jóvenes, entre ellos Carlos Sobrino -padre del delegado del PRI en el estado a la fecha- y Diódoro Carrasco, que respondían a la oposición.

Acostumbrado al movimiento, el político se aburrió del Senado. “Este no era mi negocio” y fue a hablar con el segundo a bordo del líder Emilio González Parra -ex gobernador de Nayarit-, Nicolás Reynés Berezaluce, y le dijo que se sentía “aburrido de no hacer nada”. 

“Le dije, ‘No hago nada y no me gusta’. Me contestó: ‘Tú lo que debes hacer es participar en la sesión’. Repliqué: ‘no, me perdonas, pero eso yo no lo puedo hacer’, y me levantó la voz”, recuerda.

Luego de eso, González Parra le mandó a llamar para platicar sobre su inconformidad. “Si yo aquí sólo me vine a sentar para escuchar a Muñoz Ledo y la gente que le responde, no tengo nada que hacer, mejor qué le parece si me manda el sueldo a mi casa y desahoga, yo no nací para eso”, dice.

Desde ese momento Villanueva Madrid pasó a ser del círculo cercano del coordinador y luego, recuerda, se dio la oportunidad de impulsar la iniciativa para reformar el artículo 130 de la Constitución y dar personalidad jurídica a las iglesias, y luego la reforma al artículo 127 para regular la forma de participación de los ejidos.

 

“Proyecto” de Colosio

Rememora que en aquel entonces se le acercó su homólogo Eduardo Robledo Rincón -padre del ahora director general del IMSS, Zoé Robledo Aburto- y salieron de la sesión a las afueras del Senado, lo que se conocía como la Casona de Xicoténcatl, y le dijo: “Tú vas a ser candidato a gobernador”.

 

Blogspot Mario Villanueva

 

“Me dijo ‘yo estoy muy cerca y soy amigo de Colosio, y tengo acceso a su despacho. A él, el presidente Salinas le está dando oportunidad de que designe algunos candidatos a gobernador para que luego se sumen a su proyecto de candidato a la presidencia’”. Confiesa que era algo que no esperaba.

Robledo Rincón le dijo que Colosio tenía en cada estado varias opciones de candidato, pero en Quintana Roo sólo lo tenía a él. “Lo escuché, pero para esas cosas soy muy escéptico. No me ilusioné luego luego, soy de chivo brincado, chivo pagado, lo que está es lo que creo, pero fue interesante”, recuerda. 

Colosio tomó a Villanueva Madrid “como su proyecto” y lo promovió frente al presidente  Carlos Salinas, a quien sólo conocía de vista en un acto en el Senado, por lo que no tenía ninguna relación con él. “Y me nombraron candidato a gobernador y así llegué”. 

Destaca que el mismo Colosio Murrieta, quien había participado con él en un acto de campaña cuando era candidato para la presidencia municipal de Benito Juárez, le dijo que una de las cosas que le había gustado de su personalidad era su relación cercana con la gente. 

 

Aportes y proyectos

Villanueva Madrid ganó la gubernatura con 91.98 por ciento de los votos. Fue el cuarto gobernador constitucional del estado, en el periodo que abarcó del 5 de abril de 1993 al 4 de abril de 1999.

Su gobierno se caracterizó por el impulso al turismo y la cultura, el desarrollo de la Riviera Maya (durante su gobierno se concretó la creación del municipio de Solidaridad con cabecera en Playa del Carmen), mientras que en la zona sur dejó como legado infraestructura cultural y turística, al sentar las bases para lo que hoy se conoce como Costa Maya.

En Chetumal también se amplió el bulevar desde la Universidad de Quintana Roo hasta Calderitas. En materia de infraestructura, amplió la carretera federal tramo Playa del Carmen-Cancún.

A mitad de su gobierno, en 1996, en el marco de la conmemoración del 22 aniversario de Quintana Roo como estado libre y soberano, se proyectaron obras como el monumento Cuna del Mestizaje, la fuente del Manatí, el Teatro Constituyentes y la Fuente del Pescador, todos en la capital quintanarroense.

 

Comienzan los problemas

Casi al final de su gobierno se generaron problemas sucesorios y se enfrentó con la dirigencia del PRI y funcionarios del gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León, pues éste intentó impulsar al senador Jorge Polanco Zapata para sucederlo, pero que era bloqueado por Carlos Rojas y Esteban Moctezuma (hoy titular de la Secretaría de Educación Pública); ambos impulsaban a Addy Joaquín Coldwell. 

Apenas pasaron las elecciones, en donde finalmente obtiene el triunfo Joaquín Hendricks Díaz, Villanueva Madrid se ve involucrado en acusaciones de narcotráfico, principalmente relacionadas con el transporte de droga de Colombia a Estados Unidos a través del estado.

El 5 de abril de 1999, al término de su mandato, Villanueva no llegó a la ceremonia de transmisión de mando y permaneció prófugo de la justicia varios años, hasta su detención en el poblado de Alfredo V. Bonfil, al norte del estado.

Tras pasar 18 años en diferentes cárceles de México y Estados Unidos, en marzo de 2017, fue trasladado al Centro de Rehabilitación Sicosocial en Ayala, Morelos, y en julio de 2018 aprueban su traslado al Centro de Reinserción Social (Cereso) en Chetumal, en donde permanece un mes y luego, por motivos de salud, es llevado a un hospital privado. 

El pasado 10 de junio de 2020 se le permite continuar bajo arresto domiciliario en su vivienda, en donde permanece hasta la fecha.

 

Edición: Laura Espejo


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