Juan Manuel Valdivia
La Jornada Maya
Playa del Carmen, Quintana Roo
Domingo 2 de junio, 2019
Imaginación, talento y una técnica que ha logrado perfeccionar con el tiempo hacen que las piezas de vidrio fundido creadas por Víctor Balam sean espectaculares obras de arte que le dan vida a la calle que es paso obligado para tomar el ferry que va de Playa del Carmen a Cozumel.
Sus piezas han fascinado a turistas nacionales y extranjeros, quienes maravillados ven cómo este artista transforma en minutos un material a primera impresión rígido e impenetrable.
Víctor, de 48 años de edad, relata en entrevista que hace casi tres décadas comenzó en su natal Yucatán a experimentar con el vidrio fundido viendo a un amigo. A partir de ese momento surgió su pasión por esta técnica que consiste en crear objetos usando como materia prima varitas de vidrio fundido.
El frágil material adquiere con ayuda del fuego y la destreza del artesano coloridas figuras de delfines, tortugas, peces, elefantes, caballos, leones, búhos y toda clase de animales.
En su pequeño taller estas artesanías forman zoológicos que viajan a distintas regiones del mundo, dependiendo del origen de su comprador, pero también ahí han nacido piezas exclusivas.
Cuenta orgulloso que lo buscan turistas extranjeros para diseñar desde una clásica moto Harley Davidson, que llegó a manos de un coleccionista estadounidense, hasta un buzo con cabeza de hipopótamo para un comprador ruso.
A la creación de cada pieza de vidrio fundido le dedica alrededor de tres horas, enriqueciendo con su increíble manufactura y originalidad el gran escaparate del arte popular mexicano.
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