Después de 20 años se resolvió un laudo en beneficio de 16 trabajadores del que fuera el hotel Las Velas, lo que resultó en el desalojo de dos personas de 80 años quienes habitaban el lugar desde hace 35 años.
Félix Torres, apoderado de cuatro de los 16 trabajadores que entablaron demanda contra la empresa Organizadora Turística Internacional, relató que las demandas iniciaron desde el 2002 y que tuvieron como consecuencia el dictado de laudos firmes, pese a los amparos que se presentaron a lo largo de estos años.
Por su parte, Andrés Leopoldo Valdés, uno de los abogados de los desalojados, acusó que las autoridades, con indicación del actuario, no permitieron que ingresaran a asesorar a sus clientes y no les presentaron los documentos que avalaran la intervención de la autoridad.
“Tuvo como consecuencia ante la falta de pago de esos laudos que se decretara el remate de la propiedad y esta propiedad se adjudicó en favor de los trabajadores por el monto de esos adeudos, sin embargo, la propiedad nunca fue entregada, por lo que se solicitó el uso de la fuerza pública”, explicó Félix Torres.
Fue así como durante la mañana de este martes, elementos de la Policía Quintana Roo acudieron al inmueble a cumplir con el desalojo del señor Tomás Auñón Alonso, su esposa Lucinda Solano y su hija, quienes denunciaron a las autoridades por no permitir el acceso de sus abogados durante el proceso.
“Los intereses que hay detrás de esto son muy fuertes, es estatal porque es policía estatal, esta propiedad está en litigio desde hace muchos años. Tenemos un amparo en proceso, no está terminado, pero de la noche a la mañana vienen a desalojarnos, además no le permiten el ingreso a nuestros abogados y van a entrar a mi casa donde están mis cosas personales”, acusó Lucinda Solano.
Al respecto, el señor Tomás Auñón Alonso, último desalojado, aseveró que este tema fue una “tranza”, porque están otorgando una propiedad de 2.6 hectáreas con valor de cerca de 900 millones de pesos, según un avalúo que ellos obtuvieron, contra uno de 90 millones hecho por la Secretaría del Trabajo, aunado a que su casa ubicada junto al hotel no formaba parte de la demanda y fue de donde lo desalojaron y asegurando que no lo podían hacer porque la propiedad es de un fideicomiso.
“Yo le aseguro que en una semana lo arreglaremos, pero mientras yo estoy afuera, voy a tener que vivir en mi camioneta y no me puedo mover, voy a tener que ver en dónde, en qué hospital me meto y además estar puesto de patitas en la calle a los 81 años y enfermo no es muy agradable”, expuso.
El apoderado de 4 de los 16 trabajadores demandantes, reiteró que esto es resultado de 20 años de pelea legal, tiempo en el que tres de ellos fallecieron, por lo que los beneficiados serán ahora sus familias, tiempo en el que se pudo haber resuelto el problema, pero el señor Tomás, integrante del Fideicomiso, nunca quiso resolver.
Edición: Laura Espejo
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