Elí García Padilla*
Nombre científico: Drymarchon melanurus
Tamaño: 300 centímetros de longitud
Ubicación: Desde Estados Unidos hasta Sudamérica
Dieta: Peces, anfibios, lagartijas y otras serpientes
Tiempo de incubación: 100 días aproximadamente
La serpiente conocida como índigo o tilcuate (Drymarchon melanurus) obtiene su nombre vernáculo de la raíz náhuatl tilli, que significa negro y coatl: serpiente. En la región de la península de Yucatán su equivalente en lengua maya sería el nombre de Ek ´uneil, que es en alusión a su coloración y condición de poseer la cola negra.
Es considerada como una de las serpientes de mayor talla en México, alcanzando hasta casi los 300 centímetros de longitud total. Se trata de una serpiente muy robusta, de color marrón o negro, con líneas oscuras que irradian desde debajo del ojo a lo largo de los márgenes de las escamas supralabiales.
Posee escamas dorsales lisas y acomodadas en 17 filas en la mitad del cuerpo. La localidad tipo, es decir donde primero fue colectada y posteriormente descrita por parte de la ciencia occidental, es Chichén Itzá, Yucatán.
Drymarchon melanurus es una serpiente cosmopolita que se distribuye desde el sur de Texas, Estados Unidos, en la vertiente del Atlántico y el sur de Sonora, México, en la vertiente del Pacífico hacia el sur hasta Venezuela y Ecuador. Cinco subespecies son todavía reconocidas en México. En la vertiente atlántica, Drymarchon melanurus erebennus se presenta en Tamaulipas, Nuevo León, oriente de Coahuila, sureste de San Luis Potosí, norte de Querétaro, norte de Hidalgo y norte de Veracruz.
Drymarchon melanurus orizabensis se conoce sólo de un área premontaña relativamente pequeña en el centro-oeste de Veracruz, y Drymarchon melanurus melanurus se distribuye desde el centro de Veracruz y el este de Hidalgo hacia el sur a través de la península de Yucatán y América Central hasta el norte de América del Sur. En la vertiente del Pacífico, Drymarchon melanurus rubidus se encuentra desde el sur de Sonora y el suroeste de Chihuahua hacia el sur hasta Oaxaca; esta subespecie también se encuentra en la cuenca del río Grande de Santiago hasta el sur de Zacatecas y el suroeste de Aguascalientes, en la depresión del río Balsas hacia el este hasta el sur de Puebla y en las islas Tres Marías en el Pacífico Mexicano.
Drymarchon melanurus unicolor se extiende desde el sureste de Oaxaca a través del oeste de Chiapas hasta el noroeste de Costa Rica. La distribución vertical se extiende desde cerca del nivel del mar hasta alrededor de los mil 900 metros sobre el nivel del mar.
Esta especie es altamente tolerante y generalista, se encuentra tanto en condiciones xéricas como mésicas, habitando formaciones de bosques secos, húmedos y húmedos tropicales y subtropicales. En zonas xerófilas frecuenta arroyos, cauces de ríos y bosques de ribera.
Drymarchon melanurus es una especie principalmente diurna y terrestre, trepando ocasionalmente a la vegetación baja. La dieta es variada y se compone de peces, anfibios, lagartijas, pequeñas tortugas y otras serpientes. Es considerada una especie ofidiófaga (que come otras serpientes), incluyendo especies de serpientes venenosas y no venenosas de gran tamaño en su dieta natural, como el caso de adultos de Mazacuata (Boa imperator) y Chai Kaan (Spilotes pullatus), y entre las especies venenosas a la Nauyaca real (Bothrops asper), la Cascabel neotropical (Crotalus simus) y la Serpiente mano de metate (Metlapilcoatlus mexicanus), entre otras. Además de incluir ocasionalmente a individuos de su propia especie. También se alimentan de roedores, aves, huevos de aves y huevos de reptiles.
En América Central se han observado machos adultos de esta especie en danzas rituales de combate en febrero, esto lo hacen para adquirir el derecho de cópula con las hembras de un lugar determinado. Se ha informado que las hembras gestantes depositan de 4 a 25 huevos durante el final de la estación seca o principios de la estación húmeda, entre marzo y julio. El tiempo de incubación de los huevos es de unos 100 días y las crías miden entre 430 y 660 milímetros de longitud total.
El estatus de conservación de Drymarchon melanurus es considerado como especie “No en lista” por la NOM 059 SEMARNAT (2019). Por su parte la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés) la considera como especie de “Preocupación menor”, esto debido a su distribución extremadamente amplia, supuesta gran población, presencia en múltiples “áreas protegidas” y porque es poco probable que disminuya lo suficientemente rápido como para calificar para cualquiera de las categorías de mayor amenaza. Por su cuenta el Índice de Vulnerabilidad Ambiental (EVS por sus siglas en inglés) le ha otorgado el valor de “6”, lo cual la coloca en categoría de baja vulnerabilidad.
En la Península de Yucatán la Ek'uneil sufre de una mala reputación de parte de las comunidades humanas. Existen varios mitos o creencias populares que nublan su imagen y por ende suele ser perseguida y erradicada de cualquier zona en donde sea encontrada por parte del ser humano.
De hecho existe un mito, que comparte en común con otras especies a lo largo del México rural, como es el caso de los Cincuates –especies del género Pituophis- que consiste en que hay testimonios de que se le ha observado mamando del pecho lactante de la mujer humana. Adicionalmente al observársele sometiendo y alimentándose de serpientes venenosas de importancia médica como cascabeles y nauyacas, se cree que esta especie –que es en realidad inofensiva para el ser humano- es altamente venenosa y mucho más peligrosa que las especies que en realidad sí lo son.
En otras palabras, estas concepciones equivocadas están confiriendo un error y problema ambiental, desde la perspectiva de que es el ser humano justamente quien se encarga de eliminar a la especie de serpiente (Drymarchon melanurus) que funge naturalmente como control biológico de las especies venenosas de importancia médica para el ser humano, como nauyacas y serpientes de cascabel.
Si bien esta especie de serpiente parece a simple vista intimidante, en realidad es inofensiva al carecer de glándulas de veneno, siendo su método con el que somete a sus presas la velocidad y la constricción. Drymarchon melanurus ha también mostrado inmunidad a las toxinas de las serpientes venenosas de importancia médica de las cuales se suele alimentar, así que esta condición o adaptación biológica posee un potencial investigativo bastante interesante de relevancia en el campo de la medicina.
Serpientes como la Ek ´uneil fungen roles ecológicos y simbólicos/culturales invaluables, su presencia en un lugar determinado puede significar el contar con un aliado de la especie humana y no con un enemigo al cual se le suele temer por mero desconocimiento o ignorancia. La especie humana suele temer a lo diferente, a lo desconocido, pero por otro lado y como bien suele decir el gran biólogo mexicano Juan Luis Cifuentes Lemus: “Solamente lo que se conoce se quiere y lo que se quiere se cuida”.
*Biólogo-Herpetólogo y Fotógrafo
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