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Rosario Ruiz Canduriz
01/07/2025 | Playa del Carmen, Quintana Roo
Con más de 40 años de experiencia profesional, Salvador Morelos Ochoa, biólogo y maestro en educación ambiental, ha dedicado su vida a promover una relación más respetuosa entre la sociedad y la naturaleza. Actualmente, funge como asesor de la fundación Mundo Sustentable, una organización que, según sus palabras, "lleva la educación ambiental a cada rincón de México, principalmente a los pueblos originarios".
Morelos Ochoa visitó Playa del Carmen para impartir una plática sobre educación ambiental en el campus de la Universidad Autónoma de Quintana Roo. En ese marco también se entregaron reconocimientos a empresas locales que han cumplido con altos estándares ambientales. Recordó como uno de los mayores logros de su carrera haber participado en la producción de materiales audiovisuales educativos para el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) durante los años noventa.
Para Morelos Ochoa, la educación ambiental no es un tema accesorio ni de moda, sino una necesidad urgente en un mundo cada vez más deteriorado por la acción humana: “la educación ambiental es fundamental porque involucra nuestra relación con el ambiente, con la naturaleza. Nos forma en conocimientos, valores y pautas de comportamiento que nos permiten vivir mejor y cuidar lo que nos rodea. Hoy más que nunca necesitamos cambiar la manera en que pensamos y actuamos en relación con el entorno”.
El biólogo señaló que mientras algunas personas han mejorado sus prácticas individuales, como separar residuos o reducir el uso de plásticos, a nivel colectivo todavía hay mucho por hacer. Y ante la pregunta expresa sobre qué acciones concretas se deben asumir para ser mejores ciudadanos y enfrentar los retos ambientales actuales, fue claro: el cambio debe estar alineado con los grandes problemas globales.
Enumeró al menos cuatro ejes clave de acción: primero, desarrollar capacidades para adaptarnos al cambio climático, “porque ya está ocurriendo y no podemos revertirlo”; fomentar la bioculturalidad, que es una herramienta esencial para abordar la conservación desde una perspectiva integradora, y subrayó la disponibilidad del agua como uno de los temas más urgentes en la agenda ambiental.
Foto: Rosario Ruiz
“Todos los recursos deben ser reutilizados de manera inteligente. Ya no podemos seguir con un modelo de consumo lineal que solo extrae, produce y desecha. La educación ambiental debe integrar el manejo sostenible de recursos en todas sus dimensiones. No se trata solo de aprender datos sobre el cambio climático o la biodiversidad. Se trata de formar ciudadanos críticos, sensibles y activos, capaces de transformar sus entornos. La educación ambiental no es un lujo, es la herramienta que nos puede salvar del colapso ambiental que estamos enfrentando”, culminó.
Edición: Estefanía Cardeña