Katia Rejón
Fotos: Cortesía
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Sábado 11 de noviembre, 2017
El escritor Eduardo Galeano tiene un verso en el que critica nombrar artesanía a lo que bien podría ser arte. La exposición [i]Xmanikté[/i] realizada en el Museo Palacio Cantón este 10 de noviembre rescata la importancia de presentar como arte, oficio y profesión, el conocimiento casi extinto del antiguo bordado X’manikté, que paradójicamente significa “Siempreviva”.
La exposición está compuesta por 36 fotografías a color que ilustran la vida cotidiana de los bordadores de Kimbilá, Maní, Teabo y Xocén: Miguel Yah Poot, Nidia, América Poot, Amelia Poot y Adalberta Mukul. Así como ocho retratos en blanco y negro impresos en lino para que ellos intervengan las fotos con bordado.
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La cédula introductoria de la exposición está escrita en maya y español, hay un vídeo documental que registra la limpia de un [i]jmeen[/i] a las bordadoras para solicitar a Dios la precisión de sus puntadas y una infografía que explica los distintos tipos de bordado.
Miguel Yah Poot explicó durante la inauguración que aprendió a bordar a los 9 años cuando su abuela le enseñó el punto de cruz. “El bordado para nosotros es un patrimonio cultural familiar. Me siento orgulloso de mi trabajo y agradezco que estemos hoy aquí porque generalmente siempre van personas a tomarnos fotos y nunca regresan”, agregó.
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Regresar es lo que Silvia Carrillo y Fernanda Ortíz Morales, coordinadoras del proyecto, hicieron durante un año, a veces acompañadas de los fotógrafos Jimena Horta Ballesteros, Michael Covián Benites y Leslie Santos Bonilla quienes fueron invitados a colaborar en X’manikté y se involucraron en la vida cotidiana de las bordadoras.
“No pusimos nuestros nombres en las fotografías porque las verdaderas artistas son ellas”,
compartió Silvia Carrillo, quien también agradeció al museo por tener las puertas abiertas y acompañarlos durante todo el proceso. En una entrevista posterior, Carrillo destacó que como fotógrafos tuvieron la posibilidad de reinterpretar el trabajo de las bordadoras y ser el puente para llegar a un museo para que cobre más fuerza y se abra el diálogo.
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“Fue un poco difícil también. Fotografiar a veces es un acto violento: entrar a sus casas, interrumpirlas, pero creo que son las historias justas porque realmente nos involucramos con las personas”, explicó.
Durante la investigación, las coordinadoras descubrieron que hay 16 bordados en peligro de extinción pero el xmanikté es el que está prácticamente desaparecido en el estado. En su intervención, Giovana Jaspersen mencionó que existía un canto relacionado pero ya nadie o pocos saben cómo iba o qué decía.
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América Poot platicó en entrevista que ahora borda poco, pero cada vez que puede. “Antes costuraba toda la noche, ahora no puedo costurar de noche porque tengo 74 años. Sólo una de mis dos hijas borda y costura hilo contado, la otra sólo costura”.
Leslie Santos Bonilla asegura que conocer a Adalberta Mukúl de Maní, bordadora a quien fotografió, fue muy cálido. “Adalberta habla cien por ciento maya y nos comunicamos de una forma muy orgánica, con su sonrisa y alegría”.
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Uno de los elementos esenciales en la exposición es la biografía de los ocho bordadores, cuya relación con el bordado se resume a veces en frases cortas pero con un significado abismal.
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