Katia Rejón
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Martes 24 de octubre, 2017

Las parteras tradicionales María Alicia Elías Barbosa, Doña Felipa, Magdalena Poot Canché, en compañía de otras expertas, ofrecieron el Coloquio de Parteras Tradicionales en el Estado de Yucatán, este 24 de octubre en el Centro de Desarrollo Educativo Inalámbrica.

Las mujeres, invitadas por el Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya, platicaron acerca de sus inicios, del proceso de parto y el acompañamiento que realizan junto con las embarazadas, así como anécdotas y experiencias a lo largo de los años en su trabajo.

María Alicia Elías Barbosa comentó que tenía nueve años de edad cuando recibió a su primer bebé de una niña de 14 años llamada Rosita.

“Estaba vendiendo agua y me paré en la puerta de la casa de esa niña y vi que estaba hinchada. Me puse a llorar porque pensé que se iba a morir, su papá me abrió la puerta y ayudé a traer al mundo al niño”, contó.

Doña Felipa, originaria de Tzucacab, comenzó en 1975 cuando su madre, que también era partera, falleció.

“Mi mamá recibió a mis cinco primeros hijos. Cuando ya no estaba ella y llegó el sexto, tuve que recibirlo yo sola” platicó. Madre de diez hijos, Doña Felipa cortó el cordón umbilical, bañó a sus recién nacidos y se limpió a sí misma cinco veces más.

La mayoría de las participantes complementaron sus conocimientos con talleres, cursos y pláticas con médicos y organizaciones de salud, aprendieron a poner suero e inyectar, así como a trabajar en colaboración con doctores.

Mencionaron que las señales físicas y la conexión con sus pacientes es algo que está presente en su día a día.

“Un día acompañé a una niña de 12 años que estaba embarazada, producto de una violación, al doctor. En la consulta se le rompió la fuente y el doctor no se alarmó, pero yo vi que el bebé ya estaba por nacer. Cuando salió el médico, acomodé a la niña y empezó su labor de paso, fue sietemesino”, recordó Poot Canché.

Las parteras coincidieron que las mujeres embarazadas comienzan a presentar un pulso más agitado que se les nota en el cuello y en la muñeca, así como oscurecimiento en el pezón. Una vez que el embarazo se confirma, las parteras comienzan a recibir a las mujeres para sobarlas y acomodar al feto para evitar una cesárea, pues para las expertas “la picada está de más”, no siempre es necesario hacer una incisión para que nazca un bebé.

“Si el bebé viene bien acomodado, las atendemos sin problema, si viene atravesado, no les hacemos perder tiempo, las mandamos al hospital”, agregaron.


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