Las manos de doña Doris pican con destreza la cebolla que servirá para el coctel “vuelve a la vida” que unos comensales esperan al interior del restaurante Los Delfines. La forma en la que maneja el cuchillo no deja lugar a dudas, sabe lo que hace. La propietaria de ese establecimiento nos recibe amablemente y deja escapar una risa nerviosa al enterarse del motivo de la visita.
Originaria del puerto de San Crisanto, Dolores Loría Palma, mejor conocida como doña Doris, ha dedicado su vida -que no ha sido corta- a la pesca. Junto con su marido y sus hijos logró levantar un restaurante cuya sazón complace sin problemas a los paladares más exigentes, “hasta Rolando (Zapata) venía seguido a encargar su pescado frito”, platica entre risas.
Si alguien ha atestiguado los cambios que ha sufrido la pesca, esa persona es doña Doris. “Antes dejaba mucho dinero, pero eso era antiguamente, ahora con trabajo alcanza para comer”, lamentó al tiempo que relega la tarea de picar la verdura y se sienta en nuestra mesa, donde ya ordenamos unos camarones al coco, la especialidad de la casa.
“Ya ni para el gasto de los barcos sale, entonces los pescadores deben dedicarse a hacer chambitas. Cuando hay buen tiempo, salen a pescar, pero ya no hay ganancia”, relata mientras cuatro niños juegan a las carreras entre las mesas del restaurante. Son sus nietos.
Su vasta experiencia en aguas yucatecas dicta que una de las razones por las que “ya no deja” dicha actividad es el elevado precio del diesel, pues si van a pescar a 10 brazas, por ejemplo, se gastan 20 litros de ese combustible, lo que importa casi 500 pesos. “Con 10 kilos de pescado, ya no se costea”, calculó.
La escasez de pescado, producto del furtivismo, es un fenómeno que merma considerablemente la economía de esta familia de pescadores tradicionales. “Ya no hay ni mero, ni rubia, ni chacchí”, advierte, “uno se la pasa rogando que se vendan dos pescaditos con tal de comer ese día”, detalló.
Ante este panorama, la mujer exhorta a las autoridades a fomentar criaderos de especies como la corvina y que se permita que crezcan a la medida adecuada antes de soltarlos en el mar, “hay que protegerlos y también hace falta que refuercen la vigilancia para evitar el furtivismo, que es lo que más nos afecta”, aseveró.
Respecto a la veda del mero, doña Doris opinó que esta “no sirve para nada” a razón de su duración, que consideró corta. Acorde a su experiencia, se necesitaría extenderla a cuatro meses -por lo menos-, y asegurarse que nadie salga a pescarlo, esto con el fin de restablecer la población de esa especie y, con ello, traer de vuelta sus épocas de gloria.
“Durante el tiempo de veda, ellos (los pescadores) deben emplearse en otras cosas. Les dan sus vales y salen a hacer trabajitos con los que se sostienen dos o tres días, buscan jornalitos; se meten de albañiles o se van a Mérida. Buscan su sustento”, añadió.
Varios años han pasado desde que doña Doris y su esposo se mantienen alejados de las aguas, en parte, por lo comentado durante el almuerzo, y en menor medida por los achaques propios de su edad. Sin embargo, el restaurante y la tienda de abarrotes les han permitido salir a flote en un mundo en donde las oportunidades para los adultos mayores son cada día más escasas.
No se sabe cuántas órdenes de camarones al coco podría comer un ser humano mientras escucha las historias de altamar de doña Doris. Lo que sí es que su restaurante poco a poco se va poblando de comensales y ella debe regresar a su puesto en la cocina: un sillón Acapulco desde donde instruye a sus cocineras sobre la forma idónea en que la que se debe cortar una cebolla.
También te puede interesar:
-Yucatán, preparado para veda del mero: Sepasy
-Mero, pesquería importante para tres flotas en Quintana Roo
-Mero, una de las especies favoritas de consumo en el Caribe mexicano: Canirac
-Pescadores de Campeche despreocupados por veda de cherna
-P’áata’an tu beel ba’al ti’al u k’iinilo’ob ma’ cha’aban u chu’ukul junkaay tu lu’umil Yucatán
Edición: Ana Ordaz
Subrayó que la reducción de la jornada será parte de una reforma laboral consensuada con empleadores, empleadoras, sindicatos y trabajadores
La Jornada
Mujeres son fundamentales en el desarrollo de fármacos: Lena Ruiz
La Jornada
Juan José Pacho, impresionado con el Kukulcán; “luce monumental”
Antonio Bargas Cicero