Los espacios independientes para lar artes en Yucatán -y en todo México- viven en la incertidumbre a raíz de la pandemia, y en ese contexto nace Talasa, Futuros Colectivos A.C., que busca garantizar que el acceso a la cultura no se centralice en los gobiernos y beneficie a públicos que suelen ser invisibilizados.
La asociación apuesta por un modelo innovador de financiamiento que incluye colaboración con la iniciativa privada y fondos internacionales para proyectos y garantías de derechos que no deben quedar solamente en voluntad política, según informaron en rueda de prensa para dar a conocer el proyecto.
“Partimos de la idea de que la cultura es un derecho y lo hemos dicho en distintas ocasiones. Cuando lo decimos necesitamos imperiosamente comprenderla como tal”, sentenció Giovana Jaspersen, la presidente de la iniciativa en las instalaciones de Teatro La Rendija.
Esto significa, dijo, que las personas puedan tener acceso a la cultura y las artes, es decir, que estén en escenarios transformadores a través de la experiencia artística, pero también que se puedan desenvolver desde el ejercicio de la diversidad de lenguas, visiones, situaciones y contextos.
“Cuando tenemos legislaciones que reconocen el derecho, pero no tenemos aterrizaje en territorio con una reglamentación, es cuando no podemos garantizar el cumplimiento de este derecho”, precisó Jaspersen.
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Por lo tanto, los integrantes de Talasa reflexionan sobre cómo pueden sumar para que la cultura y las artes regresen a las personas y cómo trabajar desde otros escenarios para que esto sea posible.
La labor de Talasa
La organización se enfocará en proyectos artísticos que apuesten por narrativas a favor de los derechos humanos y la construcción de futuro. Buscarán colaborar con gente y grupos que trabajen con infancias, personas con discapacidad, comunidad LGBTTTI y mujeres para diversificar públicos culturales.
“La integración de organizaciones comunidades culturales gobiernos y sector empresariales es esencial para mitigar en conjunto el impacto mundial de la pandemia, que provocó la pérdida de 10 millones de empleos culturales a nivel mundial en 2020”, lamentó la gestora cultural.
En la situación de crisis actual, opinó, el acceso a la cultura y las artes no puede centralizarse solo en los gobiernos. Necesita que perfiles y contextos distintos se involucren en sumar voces y activar procesos desde todos los frentes, dijo.
El equipo fundador estuvo conformado también por la periodista cultural Katia Rejón, el fotógrafo Luis Pérez, el artista y diseñador Manuel Salgado, la gestora cultural Alejandra Guzmán, el diseñador y animador digital Efraín Vera y la especialista en derechos comunitarios y patrimoniales, Jacqueline de la Garza.
Situación crítica
“No hay estadísticas de cómo terminó el sector creativo el 2021, pero el 20 de abril del 2020 la Red de Espacios Culturales Independientes reportó pérdidas por casi 10 millones de pesos con apenas un mes de cierre. En ese momento contaba con 15 estados”, detalló la artista escénica Raquel Araujo.
Varias de las organizaciones escénicas de Yucatán, prosiguió, han atraído durante años -sobre todo en los últimos 10- recursos de diferentes tipos de subsidios, dando trabajo a profesionales del sector, abriendo espacios y manteniendo carteleras de artes escénicas que han colocado particularmente a Mérida como una ciudad teatral, añadió.
La disminución de los recursos, la extinción del fideicomiso del Fondo para la Cultura y las Artes (Fonca) y la complejidad que implica lograr un estímulo fiscal federal ha dificultado la situación para los artistas del país, sentenció.
“Terminamos el año con deudas, con la incertidumbre sobre si podremos continuar en el oficio del teatro, mantenerlo abierto este 2022, o si debemos cambiar de giro para poder subsistir”, recordó Raquel Araujo.
Ante esta situación, la artista escénica exhortó a los creadores locales a estar más pendientes de lo que pasa en el concierto nacional e internacional de la cultura; también a revisar y proponer desde sus trincheras y ser autocríticos sobre su propia obra.
“Para producir local, hay que consumir local. La cultura es parte fundamental de la identidad yucateca; y el arte la visión contemporánea de quienes somos”, concluyó.
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