Chapulines, un grupo de músicos apasionados del son jarocho, se presentará esta noche (a las 19:30 horas) en el bar El Dzalbay. Sus integrantes provienen de varias partes del mundo y tienen en común que son apasionados del son jarocho.
En el 2019, la violinista Graciela Zaera Moraña llegó a México luego de tomarse un año sabático recorriendo el mundo y aprendiendo un poco de la música tradicional de cada país que visitó. Esto, a fin de montar un espectáculo en Europa llamado Los Viajes de Gracie.
“Estuve en la India, Nepal, los Balcanes, Rusiaa y misión era ir a Cuba, pero los boletos de avión a Cancún eran los más baratos. Fue así como decidí también descubrir México”, compartió en entrevista con La Jornada Maya.
Al llegar al país, Graciela Zaera averiguó sobre la música tradicional que quedaría bien con un violín y fue en Oaxaca que se encontró con el son jarocho y sus jaranas. Descansando en el Caribe se topó con Beto Robledo Zaragoza, fue él quien le enseñó el género.
Se conocieron en México, pero luego se trasladaron a Europa en donde montaron Chapulines en colaboración con otros músicos. Esto sucedió en noviembre del 2019; su gira de conciertos comenzó en Bélgica.
Chapulines presenta la fusión de diferentes culturas y músicas, tomando como punto de partida el son jarocho y otros ritmos caribeños como la punta garífuna, el son cubano, el merengue y la cumbia colombiana.
El son jarocho, que es un género de música tradicional mexicana del sur de Veracruz, se originó en la época colonial cuando se mezclaron las tradiciones musicales indígenas, africanas, europeas y árabes que llegaban desde Andalucía hasta el puerto principal de la nueva España.
“Cada integrante de la agrupación aporta, entonces, sus raíces musicales para sazonar la receta tradicional, pero con sabores de última generación. Estas influencias se pueden escuchar en sus propias composiciones, que alternan con canciones del repertorio tradicional”, detalló.
A finales del año pasado lanzaron su primer EP, Bululú. El título del álbum hace referencia al espíritu viajero y multicultural de la banda. Bululú, palabra de origen incierto, pero que viajó por el mar y transformó su significado e interpretación en los países de habla hispana.
“Hace referencia a un músico y comediante que viajaba a pie de pueblo en pueblo realizando breves representaciones”, explicó Graciela Zaera.
Así, Chapulines está presentando su álbum en el sur de México, incluyendo Mérida, y a manera de profundizar más en los ritmos y melodías jarochas, este viaje servirá también para efectuar una residencia musical en el campamento Luna Negra, en Jáltipan, Veracruz, contó.
La banda se formó en 2019, tras el encuentro musical entre el cantante y jaranero Beto Robledo Zaragoza, de México; y la violinista Graciela Zaera Moraña, de España, a la orilla de la laguna de Bacalar.
De vuelta en Europa, el grupo se completaba con Antoon Kindekens (de Bélgica) en la percusión, y Dennis Nicles Cobas (de Cuba) al contrabajo. El concierto de Mérida contará con la participación de Oscar Terán.
Edición: Estefanía Cardeña
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