Opinión
La Jornada Maya
19/08/2025 | Mérida, Yucatán
Formalmente, quedan unos cuantos días antes de que tenga lugar el relevo de ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como de magistrados de circuito y jueces de distrito del Poder Judicial de la Federación. El próximo 1 de septiembre, fecha íntimamente vinculada a la vida política en México, entrarán en funciones quienes fueron favorecidos por el voto popular para renovar ese Poder de la nación.
La sesión que tuvo lugar este martes, que hasta ahora debe ser la última en la cual se dirime alguna controversia, se encontraba prevista legalmente, pues la SCJN debía resolver a más tardar el 28 de agosto sobre las impugnaciones contra los resultados de la elección de magistrados de la Sala Superior del tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y las acciones de inconstitucionalidad promovidas por la Presidenta y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) contra distintas disposiciones de la Constitución Política de Yucatán, todas relacionadas con la reforma al Poder Judicial local.
Sólo por el cambio en la forma de designación para el cargo -de la propuesta del Ejecutivo y posterior selección por el Legislativo, y ahora por voto de la ciudadanía -el PJF inaugurará una nueva era, en la cual la Cuarta Transformación ha cifrado muchas esperanzas. La propia Presidenta ha manifestado, en su conferencia diaria, que esta etapa “va a ser mejor, de eso no tengo la menor duda”.
El funcionamiento de la actual SCJN estuvo vigente por prácticamente tres décadas, desde que Ernesto Zedillo aplicó su propia reforma judicial. La todavía ministra presidenta, Norma Lucía Piña Hernández, en lo que puede tomarse como el discurso de despedida hacia el personal de la Corte, destacó que será la historia quien juzgue a los ministros salientes, a través de sus sentencias; una expresión que deja de manifiesto su pertenencia a una generación que juristas que hizo suya la idea de que los juzgadores no deben exponerse al escrutinio público y que lo que debe revisarse son sus decisiones.
El axioma de “el juez habla por sus sentencias” se ha tomado como una expresión de lejanía con la gente, específicamente de quienes “tienen hambre y sed de justicia”. También es verdad que, también por ese mismo distanciamiento, el Poder Judicial se percibe como una “gran familia”, sobre todo por la cantidad de parientes de jueces, magistrados y ministros que pueden encontrarse en todas sus instituciones. Visto así, el PJF es un Poder del que se han servido muy pocos.
Con 200 años de historia, la SCJN ha tenido varias etapas institucionales. Su legitimidad ha estado asociada a diferentes factores. En algún momento, sus integrantes fueron electos por voto indirecto, a través de las legislaturas de los estados, y por ello su titular sustituía al Presidente de la República en caso de ausencia. El Poder Judicial que entrará en funciones el 1 de septiembre llega con la legitimidad que confiere el voto, aunque responder a esto es el gran reto que tendrán los nuevos ministros, magistrados y jueces: impartir justicia y al mismo tiempo acercarla a la población.
A la actual Corte todavía le queda una sesión, el próximo martes 26 de agosto, la cual tendrá carácter de solemne y en la cual deberá presentar su último informe la ministra Norma Piña, al igual que los presidentes de la Primera Sala, Loretta Ortiz Ahlf, quien seguirá en funciones por haber resultado electa, y Javier Laynez Potisek, quien encabeza la Segunda Sala.
Edición: Fernando Sierra