Conmemoran con placa a la Liga Feminista Rita Cetina Gutiérrez

“Hoy, 22 de junio de 2022, a 138 años de que se le otorgara a Elvia Carrillo Puerto la condecoración al mérito revolucionario, estamos aquí para colocar ya la tercera placa, para continuar en la reivindicación de otra de tantas luchas llevadas a cabo en el estado de Yucatán”.

Esta mañana en el actual Ateneo Peninsular, ubicado en la calle 60 por 61 y 63 del Centro Histórico de Mérida, colocaron una placa conmemorativa de la Liga Feminista Rita Cetina Gutiérrez para honrar la memoria de sus integrantes.

Al frente del evento, la artista escénica, Liliana Hernández Santibáñez, mejor conocida como Liliana HeSant, expresó que “desde la sociedad es posible transformar y, llega a ser agotador, no es imposible”.

Contó cómo comenzó el trabajo para que el día de hoy fuera posible colocar la placa, siendo que desde septiembre del año pasado iniciaron con las gestiones por medio del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) “para reivindicar los derechos de las mujeres a través del reconocimiento de sitios con valor histórico y patrimonial en el estado de Yucatán, pues estamos convencidas que recuperar la historia en los espacios públicos es también recuperar nuestras voces, luchas, e identidades; y escribir la historia que van a aprender las niñas del futuro, sus referentes, aspiraciones y sueños”.

La Liga Feminista que hoy visibilizaron, tuvo el lema “Por la instrucción, progreso y derechos de la mujer” y trabajó desde el 19 de enero de 1919, pero se hizo pública en Mérida hasta el 14 de noviembre de 1921; éste fue un movimiento feminista con el fin de promover los derechos políticos, laborales, así como iniciativas en favor de la educación y salud sexual de las mujeres en el estado, informó.

Mujeres como Elvia Carrillo Puerto, Rosa Torre González, Gloria Mireya Rosado, Susana Betancourt, Manuela Cetina F, Isabel Ortega, Amalia Gómez, Argentina Mendoza, Felipa Poot, Francisa García, Olimpia Aguilar, Esperanza Carrillo, entre otras, “encontraban para construir otro mundo posible, en el que cupiéramos todas”. 

Y, aunque duró menos de tres años, en ese tiempo lograron instalar 65 ligas a nivel nacional, siendo ésta la referencia, ubicada en el Ateneo Peninsular; “la labor de la Liga consistía en dar conferencias en el interior del estado, dirigidas a mujeres, sobre higiene, alimentación, derechos, control natal, así como el antialcoholismo. Repartieron, además, folletería de campañas para el control natal como el de Margaret Sanger ‘la brújula del hogar’”.

HeSant invitó a imaginar que 20 mujeres en aquellos años lograran esa organización, decisiones, altibajos; cómo tuvieron que enfrentar gritos y comentarios despectivos como “ahí vienen las hombrecitas, las igualadas”, al reconocerse iguales que los hombres y tomar el espacio público. “Imaginemos a estas mujeres imaginando y construyendo otro mundo posible”.

Ellas, continuó, fueron impulsoras del sufragio femenino en México, con Hermila Galindo como aliada  y consiguieron que poner a la mesa una de las agendas feministas y de derechos humanos de las mujeres más importantes de principios del siglo XX en el país.

“Un parteaguas para la lucha del sufragio femenino y pese a todos los impedimentos, retrasos y negativas, lograron que, para las elecciones de noviembre de 1922, Rosa Torre González contendiera como candidata a regidora del Ayuntamiento de Mérida, elecciones que ganó, aunque tiempo después fuera retirada de su cargo por haber pertenecido al movimiento de la Liga”.

Luego de recordar toda la lucha de las mujeres, señaló que esta fue la tercera placa, pues la primera fue colocada en el Teatro Peón Contreras el pasado 8 de marzo en conmemoración del Primer Congreso Feminista de México de 1916, la segunda el 7 de mayo en conmemoración a La Siempreviva en el recinto donde estuvieran sus instalaciones “y ahora nos encontramos aquí, para revalorizar la memoria histórica de las mujeres, dimensionándolo también como un derecho humano y como persistentes buscadoras, seguiremos rastreando la genealogía de todas aquellas mujeres valientes y brillantes, cuyas historias han sido menospreciadas o ignoradas, para agradecerles en voz alta, su energía y esfuerzo para que hoy todas estemos aquí […] Ya no somos invisibles”.

Edición: Laura Espejo