El buen comer es un privilegio del que gozamos los yucatecos, y más cuando la nostalgia familiar le agrega sazón, aseguró el escritor Carlos Martín Briceño, quien en su próximo libro aborda 30 recetas de platillos emblemáticos que han marcado su vida.
Algunas recetas son clásicas y otras no tanto, sin embargo, todas están acompañadas de relatos íntimos que surgieron al vapor de las ollas y durante la convivencia familiar. Para ser exactos, la mayoría de los relatos nacieron durante el almuerzo de los domingos.
“Cada una de ellas también tiene una historia, no precisamente del platillo, sino una historia que tiene que ver conmigo, una crónica de mi infancia que hace alusión a la receta”, dijo el cuentista yucateco.
Con el estilo directo, agudo y ligero que caracteriza al destacado escritor, Martín Briceño relata el cuadro de su cocina familiar, el que fue su lugar favorito para comer panuchos durante su infancia. También relata la ternura de su madre cuando le preguntaba si la comida es de su agrado y, por supuesto, adereza la historias con datos literarios de intelectuales que se suman al festín gastronómico.
Mondongo ministro, chocolomo, pulpo en su tinta, alcaparrado, filete Nelly y vaporcitos son algunas delicias que presentes en el libro “Cocina yucateca. Crónicas de infancia y recetas de mi madre”, editado por Ficticia Editorial.
“El rito de la comida en mi casa siempre fue algo sublime, sentarse a la mesa, sobre todo los domingos”.
Por ejemplo, en su primer encuentro con el chocolomo, Martín Briceño describe la corrida de toros local, el convivio varonil alrededor de dicha tradición y el desenlace sangriento que da paso al acto de beber.
El libro lo dedica a su madre, María del Carmen Briceño Bernés de 83 años y a su tía Ligia Martín García, encargadas por derecho propio de los guisos familiares.
La idea de escribir este libro surgió desde UC Mexicanistas, asociación internacional integrada por 150 intelectuales y encabezada por Sara Poot Herrera, en la cual comparten conocimientos, hallazgos y trabajos personales.
Como parte de las actividades, Martín Briceño fue invitado a presentar una ponencia. El tema fue los huevos motuleños y la historia de su origen.
“La historia de que Carrillo Puerto invitó a unos intelectuales —Carlos Pellicer y Diego Rivera— a comer con el pretexto de presentar el proyecto de educación y que se sirvieron en un cenote. Se me hizo muy interesante y gustó mucho”.
Este mismo texto se publicó en Confabulario, suplemento cultural de El Universal y solicitaron al escritor más historias bajo la misma temática.
Posteriormente Martín Briceño decidió escribir un libro con las historias que más han gustado, lo que se tradujo en una veintena de domingos con su madre para estructurar las recetas de antaño, así como el asesoramiento de su hermano Enrique Martín Briceño.
El prólogo corre a cuenta de la escritora Mónica Lavín, que da pie a un breve texto introductorio del autor. La pieza literaria está dividida por las secciones: Huevos y antojitos, Del mar, Del diario, Para Celebrar, Acompañamientos y Salsas.
El libro será presentado en la Feria Internacional de Lectura en Yucatán (Filey) el jueves 14 de marzo con la presencia de la escritora Mónica Lavín, el periodista Mateo Peraza Villamil y el autor en el Salón Ek Balam a las 20:00 horas.
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