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Astrid Sánchez
30/09/2024 | Mérida, Yucatán
Cuando a Jorge Ermilo Espinosa Torre le encargaron la misión de retratar a Andrés Manuel López Obrador sólo recibió dos instrucciones: incluir a la multitud y que el bastón de mando estuviera presente. Es así que decidió, por primera vez en la historia de los retratos presidenciales, abrir Palacio Nacional a toda la gente, sin importar si las personas protestaban o alababan al mandatario.
Para el artista yucateco, elegido para hacer el retrato oficial que estará expuesto en los pasillos de Palacio Nacional, era importante plasmar que fue López Obrador el primer presidente de la historia que abrió este recinto al pueblo.
“Decidí que la mejor opción era poner al presidente en el en el balcón presidencial de tal manera que esté abriendo la puerta de Palacio Nacional y esté en contacto con la gente. Es muy importante porque la gente en el zócalo no solamente está ahí por razones de fanatismo o de vitoreo, sino también por razones de exigencia o de protesta, ese es un lugar de expresión de un lado o del otro, pero es un lugar abierto, es el es el alma del del país, es el corazón, ahí es donde se expresa el sentimiento de la gente.
Fotos: Presidencia
“Yo dejé abierta la puerta para cualquier interpretación y también considero que el presidente tuvo esa virtud de abrir Palacio Nacional porque me parece que antes se sentía como algo inaccesible y a través de las mañaneras, a través del contacto directo, siempre nos dio la sensación de que ya era accesible. Lo quise plasmar abriendo ese balcón y mostrando un circuito entre lo que está fuera y lo que está adentro”, compartió Ermilo Espinosa en entrevista con La Jornada Maya.
Con este retrato, Ermilo Espinosa asegura que su único objetivo era plasmar la investidura presidencial, sin juicios personales.
“Yo tuve que tomar una postura muy firme de no dejar que sea mi percepción o mi opinión lo que determinará el cuadro porque al final de cuentas este cuadro no es mío, es un cuadro del pueblo de México entonces yo tenía que representar la particular visión de López Obrador sobre la presidencia. No podía dejar espacio para una crítica o una alabanza, lo que sí quise hacer es una representación del sentir general de la gente, en ese aspecto no es ni un panfleto ni tampoco es una es una protesta; es un cuadro que representa al presidente”, sentencia Ermilo.
Durante la presentación de la obra en la última mañanera de Andrés Manuel, Ermilo destacó que la obra es una conjugación de tres conceptos.
“No solamente es un retrato de la persona, es un retrato de la investidura presidencial y es un retrato de la presidencia a través de esa persona; entonces son tres figuras a la vez conjugadas en un mismo cuadro”
“Sí soy yo”
Durante casi un año, el artista yucateco se dedicó a preparar esta pieza hiperrealista con total libertad creativa, tratando de mostrar una postura firme pero amable del presidente saliente.
Al final, cuando le presentó la obra a López Obrador, ambos estuvieron satisfechos.
“Lo primero que hice fue preguntarle ‘señor presidente ¿es usted?’, ‘sí soy yo’, me dijo ‘me gusta mucho, me gusta mucho’, me lo repitió varias veces lo cual me dejó muy contento”, comparte el pintor.
Esta satisfacción fue manifestada durante la última conferencia matutina de Andrés Manuel como presidente de México, el último día de su mandato antes de ceder el poder ejecutivo a Claudia Sheinbaum Pardo.
En este encuentro con medios de comunicación, López Obrador destacó que la pintura refleja su cercanía con las personas desde el que fue su casa y su lugar de trabajo durante los seis años de su administración.
Talento yucateco
Jorge Ermilo tiene el talento artístico corriendo por sus venas. El nacido en una familia de artistas reconocidos en Yucatán celebra que su nombre haya llegado a Palacio de Nacional con una pieza tan importante que estará a lado de otros retratos hechos por perfiles de la talla de Carmen Chami o Santiago Carbonell.
Celebra, no sólo que su talento haya sido elegido entre tantas opciones, sino también que la pieza se haya realizado por un artista que no es del centro del país, como suele ocurrir.
“Mi abuelo es Emilio Torre Gamboa, él fue retratista y tuvo el gusto de pintar a varios gobernadores de Yucatán y él se sentía muy orgulloso de eso, pero siempre como que estaba esa cosquillita de poder dar el siguiente paso después de un gobernador, que ya sería un presidente y a mí me da mucho gusto en cierta forma, en su nombre, poder haber continuado con ese legado y dar ese pequeño pasito enorme que ya es parte de la historia de nosotros como familia”.