“En un buen fin de semana llegaban a Progreso unas 100 mil personas, estimo que ahora está alrededor de un 15 a un 20 por ciento, como máximo; todo ese desplazamiento masivo que había de gente definitivamente ya no existe”, sostiene Roberto Sánchez González, titular de la Cámara Nacional de Comercio, Servicio y Turismo (Canaco Servytur) de Progreso.
El dirigente detalla que la derrama económica era de unos 50 millones de pesos, ya que los visitantes gastaban unos 500 pesos por persona, “pero ahora no estamos ni al 20 por ciento de esa cifra”.
“Incluso los hoteles, a pesar de que están autorizados a estar a un 30 por ciento de su capacidad, las habitaciones están ocupadas por gente que viene a trabajar a Progreso, no son turistas”, precisa.
De 54 hoteles en la costa de Progreso, “es decir Chuburná, Chelén, Chicxulub y Progreso que tienen unas mil 200 habitaciones, “sólo está ocupado como el 20 por ciento, también”.
Afirma que si bien se permitió la apertura de los restaurantes al 25 por ciento de su aforo, “no es suficiente para compensar las pérdidas que se han acumulado a lo largo de estos cuatro meses; 600 empleos dependen de esta actividad y se podría llegar a tres mil hablando de otros rubros”.
Sánchez asegura que entre un 70 y 80 por ciento de los comensales son gente que tiene o renta casas en la playa y algo de gente local, con poca afluencia de visitantes foráneos.
Señala que el 90 por ciento de los restaurantes están abiertos, sólo unos cuantos no han logrado abrir, “pero son pocos, especialmente los que dependen mucho de la playa”.
“Ha sido una apertura muy parcial, la idea es evitar aglomeraciones y amontonamientos, por eso de alguna manera hemos tratado de colaborar en todo lo que nos ha dicho la autoridad, de exhortar incluso a la gente a que cumpla, porque de otra manera esto podría empeorar y se podría revertir la apertura”, explica.
Sin embargo, se pudo observar que pese a la obligatoriedad del cubrebocas mucha gente transita por las banquetas de los restaurantes sin él y bebiendo cerveza, cuando se supone que no se puede ingerir alcohol en la vía pública.
“No es una temporada común, simplemente lo que se está haciendo es tratar de abrir la mayoría de los servicios, obviamente las playas y el malecón no están abiertos, porque la ciudadanía tiene que entender que es precisamente para evitar aglomeraciones”, indica.
Como se recordará, el gobierno del Estado autorizó la reapertura de las marinas, “lo que es una importante fuente de ingresos para mucha gente, incluso para muchos pescadores que trabajan en eso para sobrevivir ahora que hay poca pesca”, concluye.
Edición: Elsa Torres
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