El antecedente a la Guerra de Castas: la injusta batalla que libraron los mayas en Estados Unidos

La investigación de José Koyoc busca detallar las condiciones de reclutamiento de pueblos originarios por parte del Ejército Mexicano
Foto: Pablo Tut

Entre las muchas historias olvidadas sobre el uso de población indígena por parte del Estado mexicano, una de las más importantes se dio con los mayas de la Península Yucatán, que libraron combates con bajas probabilidades de ganar dentro del periodo de La Guerra de Texas, en los años de 1835-1836, en Estados Unidos. Las injustas condiciones de este reclutamiento y los atropellos a la dignidad humana en este periodo propiciaron la Guerra de Castas.

No se sabe con seguridad cuántos indígenas mayas fueron enviados a Texas para pelear esa guerra en contra de Estados Unidos impulsada por Antonio López de Santa Anna, no obstante, el número total de combatientes del Batallón Activo de Yucatán, como se llamó este grupo militar y que venían de las costas de Yucatán y Campeche, asciende a 3 mil personas, las cuales, dicho sea de paso, llegaban en condiciones de precarias y vulnerables.

“Los comandantes del norte de México siempre se quejaban de que los mayas del Batallón Activo de Yucatán no sabían hablar español. Esto es un dato revelador sobre cómo el ejército se nutre muchas veces de cuerpos para los fines de un estado nación en consolidación. El caso de los mayas no es el único. Tiempo después, cuando el Ejército Mexicano invadió la Península de Yucatán, vinieron indígenas de Tabasco que no sabían hablar español”, comentó el historiador José Koyoc, en entrevista con La Jornada Maya

Los documentos militares de la época también reportan que los indígenas llegaban “desnudos”, esto quiere decir que portaban la ropa de uso cotidiano. Los combatientes no solo lidiaban con la nula comunicación con sus superiores, también se enfrentaban a la falta de equipo, ya que muchos de sus comandantes o generales solían vender las armas y los insumos militares.

Por otra parte, en ese tiempo no era suficiente identificarse como maya sino que era el Estado quien decidía a través de un documento fiscal la adscripción de los individuos a pueblos originarios.

Este periodo de la historia y estos atropellos a la dignidad humana propiciaron lo que conocemos como la Guerra de Castas, explicó José Koyoc. Su trabajo titulado: Lluvias, nortes y heladas: Los milicianos yucatecos en las guerras del Golfo, (1835-1840), da cuenta de las terribles condiciones que enfrentaron cientos de combatientes yucatecos.

“Los que fueron enviados a Texas no regresaron. No se sabe qué pasó con ellos, al menos 400 milicianos se quedaron en el norte de México poco más de 10 años, esperando ser repatriados. Esto generó un malestar, este evento poco conocido y poco conmemorado fue un antecedente. Cuando enviaban a estos indígenas al norte, sus familias se quedaban a la deriva, ni siquiera a ellos les podían pagar”.

El reclutamiento de estos combatientes mayas se hizo a través de un sorteo en el que entraban los hombres de 18 a 55 años de edad. No obstante, las condiciones de este reclutamiento no eran las mismas para todos, mientras los oficiales -que eran de clases acomodadas- podían regresar a casa después de un tiempo, no sucedía lo mismo con los indígenas.

“Esto corresponde a un miedo de los no indígenas a una sublevación popular, y era el miedo a que los indígenas se sublevaran. Esta era una de la razones por la cuales no se reclutaba a indígenas para el ejército. Obviamente esto cambió al requerir más personas para combatir”.

Dentro de los muchos episodios memorables, está la fuga y amotinamiento en Sisal: un pelotón de indígenas mayas aprovechó que su superior de origen cubano desconocía su lengua para escaparse en su ruta hacia Texas.  

Tampoco hay un número contabilizado de bajas, aunque se sabe que la gran mayoría de estas muertes no se dieron solo en el campo de combate sino por las enfermedades producidas por los cambios de clima y las condiciones del mismo reclutamiento. 

“El Ejército Mexicano que fue a Texas no tenía insumos médicos, no tenía alimentos. En las pocas listas que tenemos que dan los nombres y los apellidos, sabemos que un tercio de estas tropas estaban constituidas por mayas”. 

En el Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional está la lista de las personas que fueron reclutadas por el Ejército Mexicano, fue a través de este documento que José Koyoc pudo dar con el dato de que muchos eran mayas, con apellidos como: Pech, Uc, Chi, entre otros. En el combate en Refugio, Texas, murieron siete indígenas mayas. 


Foto: Documento Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional


Los combatientes eran campesinos y artesanos, una escala social que se consideraba menor en esa época. Antonio López de Santa Anna llegó a obligar a los yucatecos a exterminar a los colonos estadunidenses que aún no contaban con nacionalidad alguna, lo que les provocó graves traumas.

“Yo hablo mucho en el texto de lo que produce este tipo de violencia en los combatientes, no había el diagnóstico de estrés post-traumático, y leyendo los documentos de la época, podemos ver que hay varios de estos casos. No sólo eran obligados a entrar en la milicia, sino también a cometer estos actos de violencia extrema”. 

Por su parte, los milicianos estadunidenses fueron convencidos a través de la especulación de tierras y de propiedad, la cuál aún estaba por determinarse en un país en vías de consagración. 

José Koyoc y el artista Pablo Tut trabajaron en conjunto en un mural hecho por ocho placas de metal que representa uno de los combates realizados por los indígenas mayas en Refugio, Texas, en el cual se llevaron la victoria pese a las peores condiciones imaginables, una de ellas el poco entendimiento del idioma español.

“En Refugio, los yucatecos que murieron se quedaron enterrados en una fosa común. Cuatro de ellos, en el camino que va de Matamoros a esta zona de Texas cercana a Refugio, murieron congelados”. 

Actualmente, este periodo de la memoria en México y en Yucatán es desconocido. Historiadores como José Koyoc o artistas como Pablo Tut trabajan para revivir estas historias, las cuales aún siguen vigentes. 

“Es difícil enfrentarse a ese pasado, al hecho sobre cómo es que gran parte de la consolidación del proyecto mexicano dependía de una violencia hacia sus propios pobladores para garantizar lo que reclamaban como su territorio. Hay una relación vigente en la colonización interna del Estado con los pueblos originarios”, finalizó. 

Edición: Fernando Sierra


Lo más reciente

Más luz sobre Birmex

Editorial

La Jornada Maya

Más luz sobre Birmex

Narcocultura y resistencia (partes dos)

Necesitamos reconocer los símbolos atrayentes para combatirlos como sociedad

José Díaz Cervera

Narcocultura y resistencia (partes dos)

La política del discurso (El horno no está para bollos)

Kilómetro Cero

Edgar Fernando Cruz

La política del discurso (El  horno no está para bollos)

Layda Sansores celebra testimonio de joven contra Javier Tejado y 'Alito' Moreno en el 'Martes del Jaguar'

Un ex colaborador de 'Televisa' desmintió que la gobernadora de Campeche hubiera pagado por un montaje contra el priista

La Jornada Maya

Layda Sansores celebra testimonio de joven contra Javier Tejado y 'Alito' Moreno en el 'Martes del Jaguar'