Foto: @serpervil

Hay circunstancias que propician conciencias atemporales y obligan a las personas a vivir de prisa. Para Cristal, 42 años han pasado “como agua” y todavía recuerda cuando, a sus 13, huyó de casa para dedicarse al trabajo sexual. Hoy es una mujer transgénero que, como todos, resiste los embates de la pandemia y su subsecuente “sequía” de clientes. Muchas de sus compañeras se han visto en la necesidad de ofrecer servicios hasta por 70 pesos.

Si por algo se ha caracterizado la comunidad trans durante estos tiempos es por su solidaridad, por lo menos en Yucatán. Ellas están en todos lados. Algunas son enfermeras, otras deportistas; y también hay quienes se dedican al trabajo sexual. Los apoyos van en dos vías y entre ellas han procurado no abandonarse desde que navegan en el mismo barco.

La infancia de Cristal -como la de la mayoría mujeres trans- ha sido difícil. Desde pequeña fue víctima de discriminación y abuso sexual por parte de su familia, así que decidió partir a corta edad para realizarse como la mujer que siempre quiso ser. En el trabajo sexual encontró su única forma de sustento, ya que las oportunidades laborales no abundan para las mentes diversas.

La emergencia sanitaria la tiene recluida en su casa, ha optado por cuidarse y vivir de sus ahorros, motivada por mantenerse al cien y lejos de los vicios. Algunos de sus clientes habituales la apoyan con lo que pueden sin pedirle nada a cambio. Para Cristal, su salud -y la de sus benefactores- es lo más importante.

Hay algunas chicas trans que sí están saliendo a las calles. En una desolada avenida al sur de Mérida se posan a la espera de la clientela. Ellos paran, preguntan por los costos del servicio y suele llegarse a un acuerdo. Los cuerpos de seguridad no son problema, pues asegura que las dejan trabajar en paz y sin contratiempo.

Sus colegas -cerca de 20 chicas trans- comentan que la clientela ha sido poca, de hecho, por eso dejó de acudir a esa conocida arteria de la capital yucateca. Al principio iba, pero al percatarse del miedo de los interesados potenciales y consciente del peligro que representa su actividad, decidió recluirse en su casa.

“Según el sapo, la pedrada”

En un buen día, una trabajadora sexual transgénero puede atender de tres a cuatro clientes. La tarifa por sexo oral asciende a 200 pesos; y en el caso del servicio completo el precio oscila entre 400 y 700 pesos, “según el sapo, la pedrada”, detalló.

De cara a la contingencia generada por el COVID-19, estos estándares han descendido considerablemente y Cristal sabe de compañeras que, en su desesperación ante la falta de trabajo, se venden hasta por 70 pesos. Aquí es donde la solidaridad aflora nuevamente y ella las ha apoyado con lo que ha podido.

Las trabajadoras sexuales trans no han recibido apoyo del gobierno en lo que va de la pandemia. Incluso, cuando ella se enteró del apoyo del desempleo, se formó en el palacio que alberga el ejecutivo; le recibieron su documentación, pero jamás le notificaron que su solicitud fue aprobada.

Lo anterior lo atribuye a una situación de discriminación por parte de las autoridades estatales, pues sinceramente, les señaló, que se dedica al trabajo sexual. Las brigadas que reparten despensa sí la tomaron en cuenta y recibió esta ayuda, pese a ser una mujer transgénero. Ellos no hicieron preguntas.

También te puede interesar: El oficio mas antiguo del mundo en crisis por COVID

Edición: Elsa Torres


Lo más reciente

Emmanuel Clase quiebra bates y récords; ¿obtendrá el Cy Young?

Judge y Ohtani serían los Más Valiosos; el zurdo Sale, brillante

Ap

Emmanuel Clase quiebra bates y récords; ¿obtendrá el Cy Young?

Tulum participa en la Feria Internacional de Turismo de París

El mercado francés está en el top 5 de los países europeos emisores de visitantes al destino

Miguel Améndola

Tulum participa en la Feria Internacional de Turismo de París


Ganan Real Madrid y Bayern Múnich en la nueva Champions

Kane marca cuatro veces y rompe récord; Liverpool se luce en Milán

Ap

Ganan Real Madrid y Bayern Múnich en la nueva Champions