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Juan Manuel Contreras
09/07/2025 | Mérida, Yucatán
El río Yaqui sigue sin agua, pero su pueblo sigue en pie. Así lo documenta Yaquis: la resistencia imbatible, el libro de la periodista y fotógrafa Daliri Oropeza Álvarez que fue presentado en La Meiga - Librería Feminista, con sede en Mérida, como parte de una gira que lleva el testimonio de esta lucha desde el desierto de Sonora hasta la península de Yucatán.
La obra reúne cinco años de reportajes e investigación en territorio yaqui durante la implementación del Plan de Justicia anunciado por el gobierno federal en 2020. Aunque dicho plan incluyó la construcción de un acueducto y un distrito de riego, la periodista advierte que el agua aún no llega a las comunidades.
“A pesar de las promesas, a pesar de la infraestructura inaugurada, todavía no hay agua en los pueblos. Y sin río, los yaquis sienten que su existencia está en riesgo”, explicó Oropeza en entrevista previa a su presentación.
El libro, detalló, se elaboró con base en visitas constantes al territorio, entrevistas con autoridades tradicionales, mujeres, jóvenes y guardianes de la danza y la lengua. Pero también recoge el contexto más amplio; el significado de la justicia para los pueblos originarios, más allá de los marcos institucionales.
“Para el pueblo yaqui, la justicia no se decreta, se construye desde el territorio. No basta con promesas; la vida depende del agua, y el agua no ha llegado”, señaló.
Foto: Juan Manuel Contreras
Uno de los ejes del trabajo de Oropeza es lo que ella llama “periodismo circular”, una práctica que busca regresar la palabra a quienes la originan. Por ello, Yaquis: la resistencia imbatible se presentó primero en los ocho pueblos yaquis antes de circular en otros espacios.
“Este libro no se publicó con una editorial comercial. Se hizo con apoyo de fundaciones y se distribuyó de manera gratuita en las comunidades. Fue entregado en las escuelas, a las autoridades, a las mujeres. No quería que se perdiera en la “digitalidad”; en ese mar de información que se olvida en minutos”, explicó.
La publicación incluye una serie de fotografías tomadas en campo que retratan momentos fundamentales de la defensa del territorio y de la vida cotidiana de las comunidades. Las imágenes, precisó, fueron tomadas con el consentimiento y participación activa de quienes aparecen en ellas.
Durante su trabajo en Isla Arena, Oropeza descubrió rastros poco conocidos de descendientes yaquis en el occidente de la península de Yucatán, particularmente en Tankuché, Campeche. Estas personas, dijo, descienden de niños y niñas que fueron traídos durante el Porfiriato en calidad de esclavos.
“Las familias hablaban maya. Me decían que sus abuelos yaquis aprendieron maya antes que español, como una forma de integrarse, de sobrevivir. Algunos solo contaron sus historias cuando ya estaban por morir. Esas memorias habían permanecido ocultas, tal vez por el dolor”, recordó.
Foto: Juan Manuel Contreras
La autora mencionó a doña Raquel, una mujer descendiente que la recibió y compartió su historia. También habló de Toyol, Eustaquio y Chumil, tres niños yaquis cuyos nombres y memorias sobreviven entre las familias locales: “me encomendaron la tarea de encontrar a los descendientes y traerles el libro. Eso hice”.
Consultada por La Jornada Maya sobre las coincidencias entre el contexto yaqui y las problemáticas del agua en Yucatán, Oropeza destacó la similitud en las formas de resistencia.
“En ambos territorios, los pueblos indígenas están en la primera línea de defensa. Son quienes cuidan, regulan y restauran los ecosistemas. En Yucatán también hay una lucha muy fuerte por el agua. La conexión está ahí, pueblos distintos, pero una misma preocupación”, concluyó.
Voces que acompañan
Durante la presentación, el historiador José Koyoc aclaró que el libro no se limita a relatar una problemática ambiental, sino que ofrece una mirada de largo aliento sobre la historia del pueblo yaqui y su vínculo con el territorio.
Expuso que Oropeza construye una narrativa que dialoga con procesos como la reforma liberal del siglo XIX, el reparto agrario y la reconfiguración territorial impulsada por el estado mexicano.
“La forma en que el gobierno ha intervenido en las estructuras tradicionales de los pueblos indígenas se repite una y otra vez. El caso yaqui es un espejo para muchas otras comunidades”, aseguró.
Por su parte, el periodista Robin Canul destacó que Yaquis: la resistencia imbatible no solo informa, sino que establece un compromiso ético con las personas retratadas. “No es un libro que hable de los yaquis. Habla con ellos. Les devuelve la voz, no la toma prestada”, celebró.
También reiteró la necesidad de conservar estas historias fuera de las redes sociales y los canales digitales de consumo inmediato. “La publicación de este libro también es una forma de resistencia pues sistematiza una lucha, la fija en el tiempo y la deja como herramienta para el presente y el futuro”.
Daliri Oropeza concluyó la presentación recordando que esta obra no es un cierre, sino parte de un proceso en curso. “Es un libro que se camina, que se entrega: y que también busca abrir puertas para que otras historias salgan a la luz”.
El libro, que se distribuye sin costo, continuará su recorrido por otras regiones donde persisten los vínculos con el pueblo yaqui. En cada paso, dijo la autora, lo que se busca es entender qué significa la justicia cuando se mira desde la tierra, desde el río y desde quienes lo han habitado desde siempre.
Edición: Fernando Sierra