Marea roja en Yucatán: Toxinas de animales contaminados no se inactivan con la cocción o el uso de limón

Médico detalla los riesgos de comer pescados y mariscos en esta coyuntura
Foto: Raúl Angulo Hernández

La marea roja es un fenómeno que se ha registrado de manera frecuente en Yucatán en los últimos años. A su llegada, generalmente durante los meses de verano, autoridades y especialistas advierten los riesgos que genera para la salud de los humanos el contacto con animales marinos contaminados; la recomendación generalizada es no consumirlos, bajo ningún concepto.

A propósito de ello, el doctor David Ojeda Correa recordó -en una publicación vía Facebook- que “la marea roja es un fenómeno que se produce cuando se concentra en el mar un número extraordinario de microalgas productoras de toxinas junto con determinados factores del medio ambiente que tornan favorable su multiplicación, como la contaminación que altera el PH del agua”.

Así, abundó, las microalgas tornan el agua del color rojizo y liberan la toxina en los animales marinos, mismos que suelen morir y, aunque no cambian de color ni presentan un olor diferente, no es recomendable consumirlos durante la marea roja, pues puede provocar intoxicación.


Ni cocidos, ni con limón

Aunque la gravedad de la intoxicación dependerá de la cantidad ingerida de la toxina, “es importante saber que las toxinas no son inactivadas por la cocción, el agregado de vinagre o limón; por el consumo de alcohol, ni ningún ‘antídoto’ mágico”, señaló.

Algunos de los síntomas que suelen presentarse, detalló el médico, son: indigestión, acidez estomacal, gastroenteritis fuerte o incluso un cuadro mortal de este último padecimiento.




“Si se trata de una enfermedad grave suele iniciar un hormigueo en los labios, lengua, boca y cara; luego se extiende a todo el cuerpo y se pierde la fuerza muscular, puede desencadenar en parálisis, dificultad respiratoria, náuseas, mareos y vómitos”, explicó.

La sintomatología, dijo, suele aparecer entre 30 minutos y 24 horas tras la ingesta del producto y, en casos severos, requieren epinefrina, esteroides y hasta apoyo respiratorio por medio de intubación, pero de lograrse una evolución positiva, incluso podría derivar secuelas.

“Lo bueno, es que son muy pocos los casos severos reportados y que estos se dieron principalmente en quienes consumieron moluscos, como la almeja, ostión y mejillón”.




El doctor David Correa es médico cirujano por la Universidad Anáhuac Mayab, ofrece consultas en la Clínica Mérida y particulares a domicilio, su atención médica tiene un enfoque sicoterapéutico.


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