Mujeres en situación de violencia pasarán Navidad con sus hijos en refugios

Mujeres que sufren de violencia y huyen de sus hogares junto con sus hijos e hijas, se resguardan en el refugio del Instituto Municipal de la Mujer. Para estas fiestas decembrinas decoran el árbol navideño, escriben sus cartas con deseos como que su agresor sea castigado o deje de molestarlas, le piden regalos a Santa Claus y cenan en familia esta Noche Buena. Aunque desearían estar en su propio hogar,  saben que, por lo menos, esta noche estarán a salvo, fuera de violencia.  

Ocho mujeres en situación de violencia y 18 niños y niñas, pasarán la Navidad y posiblemente el Año Nuevo en el refugio del Instituto, informó Fabiola García Magaña, directora.  

Si bien, las mujeres pasan por una situación grave, huyen de la violencia y este año el panorama se complicó todavía más por la pandemia del COVID-19, la funcionaria indicó que el espacio se ha acondicionado con decoraciones alusivas a los festejos navideños, para no dejar pasar el espíritu navideño, con esperanza de que todo mejore para el siguiente año.  

Entonces, precisó, se colocó un árbol de Navidad, para que decoren junto con sus infantes y personal del instituto: coloquen esferas, mensajes o cartas de Santa Claus.  

También adornan las puertas de sus cuartos, donde duermen con sus pequeños, con imágenes alusivas a la temporada. Además, Papá Noel llega al refugio, no puede faltar, señala la directora, por lo que los todos los niños y niñas recibirán su regalo este 25 de diciembre.  

La funcionaria explicó que uno de los temores recurrentes que los niños hacen al llegar a este lugar es si aquí llega Santa, pues piensan que al no estar en sus casas se podría perder. Por lo tanto, la dependencia se ha comprometido a que cada año, el gordito de barba blanca sí llegue al refugio.  

Asimismo, durante estos días navideños se han realizado diversas actividades, como manualidades, y esta noche van a cenar pavo y otros aperitivos que las mismas mujeres cocinan junto con el personal operativo, para tener una convivencia con música entre otras cosas.  

Fabiola comentó que tratan de hacer todo lo posible para que ellas estén bien, para que se sientan en casa, porque muchas veces sus hijos no quieren estar ahí, no comprenden la situación.  Por ejemplo, recordó que el día del encendido del árbol, una joven no quiso participar porque comentó que esta no es su casa. “El espacio del refugio les brinda un lugar seguro, y tal vez mejores condiciones a donde viven, pero no hay nada como tú casa”, comentó.

Sin embargo, añadió, cuando ya no representa un espacio seguro y están siendo violentadas, es momento de salir, por lo que se les hace ver que todo pasa por algo y que están en un lugar seguro y a gusto, donde cuentan con atención psicológica, legal, trabajo social y cada quien tiene su habitación y  baño individual; además, el instituto cuenta con dos cocinas, un gimnasio, entre otras cosas, señaló García Magaña.

Edición: Laura Espejo