Paul Antoine Matos
La Jornada Maya
27 de julio de 2015
El hambre en México es un problema físico y espiritual, declaró Emilio Carlos Berlié Belaunzarán, durante su última homilía dominical como arzobispo de Yucatán, en la catedral.
“El hambre física es bastante triste, como pueblo, para México”, dijo en referencia a los 55 millones de pobres que existen en el país, de acuerdo con los datos publicados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Señaló que “el hambre en México es un problema espiritual que ha llegado a los corazones de las personas. La gente recurre a brujos, sicológos, charlatanes e impostores, quienes aprovechan las necesidades y deficiencias (de la gente) para convencerlos y venderles ideas falsas, como ocurre con el culto a la Santa Muerte”.
Berlié Belaunzarán reafirmó la necesidad de recibir “el pan como alimento, el pan de la palabra ([i]La Biblia[/i]) y el pan de la eucaristía (misa y comunión). Los padres de familia están obligados educar a sus hijos para compartir el pan, como lo hizo Jesús en el pasaje de San Juan”, agregó.
También habló acerca de sus 20 años al frente de la Iglesia católica en Yucatán. Destacó que todos los sacerdotes que fallecieron durante su arzobispado fueron enterrados en un panteón y pasados tres años colocaron sus restos en un templo; nunca cremados, porque “respeto la disolución del cuerpo mismo”.
El monseñor nació en Aguascalientes el 4 de noviembre de 1939. A los 75 años de edad renunció al arzobispado de Yucatán, como dicta el Código de Derecho Canónico. Su sucesor será Gustavo Rodríguez Vega, obispo de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Berlié Belaunzarán recibió la ordenación sacerdotal el 3 de julio de 1966, durante el papado de Pablo VI.
El 8 de junio de 1983 el jefe del Estado vaticano, Juan Pablo II, lo nombró obispo de Tijuana, y el 15 de marzo de 1995 fue elegido por el mismo Papa para ser arzobispo de Yucatán.
Este domingo, al terminar la misa concedió, una entrevista a [i]La Jornada Maya[/i].
–¿Cómo se siente después de su última misa en la catedral?
–La vida es una serie de secuencias desde que nacemos. Los niños van a kínder, a primaria, a secundaria. Así es la vida, una secuencia de etapas.
“Hay que aceptar con serenidad y gratitud la etapa que termina. Hay que estar muy agradecido con Dios, que nos permitió llegar hasta ahora. ¿Cuántos de nuestros compañeros muy queridos ya fallecieron? Nosotros llegamos. Por eso digo serenidad y gratitud. Eso nos permite enfrentar también con mucha tranquilidad el futuro, es una nueva etapa. Así
como pasamos otras, le pedimos a Dios empezar a vivir la nueva etapa.”
–¿Cuál es su análisis acerca de los 20 años que encabezó el arzobispado de Yucatán?
–He dejado 105 sacerdotes ordenados, 198 obras sociales, 40 institutos de vida consagrada, femeninos y masculinos; 40 parroquias; tantas cosas que se pueden cuantificar, pero hicimos muchas que son incuantificables. Lo importante es que se ha trabajado por amor a Cristo, en la comunión de la Iglesia, en plena sintonía con el santo padre y tratando de hacer que la Iglesia crezca y se fortalezca.
–¿Qué faltó por atender y cuáles serán los principales encargos para Rodríguez Vega?
–No lo sé, hijo. Eso que él lo observe y lo examine. Yo sólo, voy a analizar los logros y que se puede hacer de más.
–¿Qué le dejan 20 años de arzobispado?
–Una experiencia riquísima. ¿Te imaginas 20 años guiando una diócesis de cerca de 2 millones de personas? Imagina lo que todo eso significa de experiencia. Con gratitud asumimos este momento, con gratitud a Dios.
–¿Qué opina de las declaraciones del sacerdote Raúl Lugo, quien sostiene que la Iglesia debe ser más incluyente con la población maya?
–Hay muchos sacerdotes que hablan la lengua maya y trabajan en la zona maya, viven y trabajan ahí, no van de visita. Es lo único que puedo decir. Ahí están ellos, que (Lugo) le diga a ellos.
–¿Cómo se siente con las muestras de gratitud que recibe?
–Aceptándolas con humildad, pero sobre todo señalando, como decía muy bonito la madre Teresa: “Yo soy un lapiz, Dios escribe conmigo lo que él quiere”. Y así es la vida, Dios escribe con uno lo que Él quiere.
–¿Cuál es su opinión sobre el desempeño del papa Francisco?
–Es queridísimo. Todo mundo lo quiere por su simpatía, por su búsqueda de estar cercano a todos. Eso es muy bonito, la cercanía que él pretende tener con todos, porque hace que el sucesor de Pedro sea una figura amable, agradable, y eso nos da mucho gusto y nos estimula.
–¿Qué aconseja a Gustavo Rodríguez Vega, su sucesor?
–Que se apoye en sus colaboradores, como yo me apoyé en ellos. Porque acuérdate de una cosa muy importante: uno vale por los colaboradores.
[b]Despedida en catedral[/b]
A las 18:30 horas del pasado domingo 26, el arzobispo de Yucatán ofició su última misa en la catedral de Mérida, que estaba inundada por el aroma del incienso.
El pasaje de Jesús y la repartición de los panes y los peces fue parte de su homilía, y Berlié Belaunzarán se refirió a esa parte del Evangelio, según San Juan, para destacar la importancia de compartir y referirse al problema del hambre de México.
En las puertas de la catedral, ancianos y discapacitados solicitaban a los fieles apoyo económico para alimentarse un día más.
Y esa imagen encajaba con las palabras del arzobispo sobre la pobreza en México.
Al concluir la misa, los fieles le entregaron regalos y le solicitaban rezar por la recuperación de sus familiares.
Así, entre lágrimas, sonrisas, bendiciones y besos en la mano, despidieron a quien encabezó 20 años la arquidiocesis de Yucatán.
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