La Jornada Maya

Mérida
10 de junio, 2015

El domingo 7, muy temprano para ser domingo, salí hacia la casilla donde me tocaba emitir mi voto. La noche anterior había querido averiguar si la casilla correspondiente a mi sección estaba en la misma ubicación de hace tres años, pero no funcionaba la página web que supuestamente informaría de estos asuntos a la ciudadanía. Lo intenté varias veces sin éxito alguno. Así que utilicé una de las redes sociales de las que soy usuario y la hija de unos amigos me dio la indicación precisa. La verdad es que nunca supe cómo le habrá hecho para saber de la ubicación que me indicó. Fue entonces que me enteré que, en esta ocasión, la casilla que corresponde a mi sección estaría en otro lugar, luego de que por varios trienios nunca se había mudado a otro lado. Entonces me hice la primera pregunta de mi jornada: ¿en cuántas secciones habrá sucedido lo mismo, sin que la gente pudiera saber con oportunidad y facilidad dónde se localizaba ahora su casilla?

Durante mi estancia en la fila, de aproximadamente una treintena de personas, sucedieron algunas anomalías más. Primeramente, todos los que ya estábamos en el nuevo lugar de la sección formábamos una sola fila cuando en realidad eran dos casillas, la básica y la contigua, ambas en el mismo lugar. Esta situación, obviamente provocó una leve remoción de una a dos filas, la que aprovecharon algunos vecinos para incrustarse, como si nada, lugares más delante de donde les había tocado en la unifila original. Entonces me di cuenta que seguimos sin respetarnos civilmente los unos a los otros, entre pares, y algunos seguimos haciendo uso de nuestras tradiciones y costumbres tramposas en perjuicio de todos y en beneficio de nadie.

La remoción de la fila en dos, una para cada casilla de las dos que se encontraban en el mismo sitio, realmente fue ocasionada, además de la falta de información inicial por parte de los coordinadores de ambas casillas a los primeros ciudadanos que llegaron, porque en una de ellas no se completaban los funcionarios de casilla que por ley deberían estar en la mesa para iniciar la votación. Esto sucedió en la casilla donde los vecinos con apellidos de la A a la K deberían emitir su voto. Entonces, los coordinadores de las dos casillas salieron a la fila a ver si algunos de los ciudadanos pudieran y quisieran ser los funcionarios sustitutos, y ya había corrido la primera hora de la jornada. Así que, esta vez, me hice dos preguntas: ¿en cuántas secciones más habrá sucedido esto mismo? y ¿quiénes de apellido que inicie con la letra K sabrán si formarse en la básica o en la contigua, ya que en la primera llegaban a la K y en la segunda iniciaba desde la misma K?

Mientras esperaba mi turno de votar en una de las filas, vi que llegaban y se iban personas que vestían camisetas coloridas con emblemas semejantes que tenían una palabra en común: yuca. Estas personas no eran del vecindario ni tampoco eran funcionarios de casilla, sólo iban y venían, no tantos, pero sí algunos, en parejas. La gente, extrañada, los veía y ellos a la gente no, sólo iban y venían. Entonces me preguntaba quiénes serán, de qué partido, qué pretendían, por qué la prisa, por qué se iban.

Ya que pasé a emitir mi voto, entré al “confesionario electoral” y tuve que revisar por largo tiempo los nombres de todos y cada uno de los candidatos a los diversos puestos de elección sin que ninguno me convenciera para otorgar mi voto y favorecerlo. Ninguno. Pero tuve que marcar el que me representaba el menos malo con tal de anular mi anulación. Finalmente salí para depositar mis papeletas en las urnas y me mancharan el pulgar. En el camino de regreso, me preguntaba ¿cuánto tiempo tendría que pasar para poder contar con candidatos verdaderos, que representen auténticamente a los ciudadanos, o para ver en las boletas el nombre de algunos candidatos ciudadanos, independientes de cualquier partido?

Ya por la noche, desde las 8:00 pm, intenté varias veces, una por cada hora y hasta la medianoche, consultar el resultado preliminar de mi casilla, pero nunca tuve éxito en ello. Tuve que contentarme con ver el Prep nacional. En éste pude enterarme que el candidato ciudadano a la gubernatura de Nuevo León había ganado con una amplia diferencia. Me dio gusto, el único gusto de mi jornada, ningún otro. Parece que habrá esperanza de tener algún día un candidato sin partido en Yucatán. Claro, es mi desolada esperanza personal.


Lo más reciente

Sacmex denuncia sabotaje en pozo de la alcaldía Álvaro Obregón en CDMX

Reportó el hallazgo de un compuesto de aceites degradado en el agua extraída

La Jornada

Sacmex denuncia sabotaje en pozo de la alcaldía Álvaro Obregón en CDMX

La Mérida que se nos fue

Noticias de otros tiempos

Felipe Escalante Tió

La Mérida que se nos fue

Seis horas encerrado vuelven loco a cualquiera

Las dos caras del diván

Alonso Marín Ramírez

Seis horas encerrado vuelven loco a cualquiera

Dorothy Ngutter concluye su encargo al frente del Consulado de EU en la península de Yucatán

La diplomática se reunió con Mara Lezama durante una visita que realizó a QRoo

La Jornada Maya

Dorothy Ngutter concluye su encargo al frente del Consulado de EU en la península de Yucatán