Daniela Ramírez Montalvo
La Jornada Maya

Como la vida misma, esta obra comienza con un viaje, un viaje de regreso a Mérida, de regreso al pasado, un regreso a las heridas, a la "jauría de recuerdos" como dice Conchi León en su unipersonal "Cachorro de León" que se presentó ayer en el renovado Teatro Pedrito.

Con tan solo una silla pequeña de madera, juegos de té de quien alguna vez fuera niña y un cobertor a cuadros, Conchi se remonta a su pasado, a sus rencores, a sus impotencias; a ese lugar al que todos vamos cada vez que queremos explicarnos el presente, a la infancia.

A manera de charla, narra emotivamente cómo su padre, al que apodaban "El Pajarito" , quien naciera en un vagón de tres "abandonado, oxidado y podrido", era un asiduo bebedor e incorregible mujeriego, casi como Pedro Infante, a quien escuchaba cuando manejaba su tráiler, y con quien Conchi lo compara, pero con la "mínima" diferencia de que "El Pajarito", como el toro legendario que saltó a las gradas, arremetía con furia en contra de su madre mandándola al hospital varias veces y propiciando abortos y heridas de las que no sanan.

"Mi madre es cosa aparte" dice Conchi, mientras señala una cafetera de juguete y tacitas varias que salen volando por el escenario cuando describe los múltiples abusos "del viejo".

Con intensa sensibilidad y un tono de voz ecuánime y contenido, Conchi comparte con el público anécdotas que le fueron dejando marcas en la memoria, como las marcas en la cara de "El Picapiedra", o las quemaduras de "El Plateado", o del manco "El Pulpo", tres amigos igual de monstruosos que su padre, de quienes platica sus historias y confronta con los
asistentes: "todos nosotros también somos monstruos".

Con su peculiar sentido del humor y honestidad expone la violencia que vivió en su casa, derivada de la dependencia de su padre con el alcohol; no muy diferente a lo que vive la sociedad yucateca, la convivencia con su madre, sus hermanas, con su hermanito especial, y con ese mentiroso, ratero, borracho; padre que alguna vez le salvó la vida, y al que no pudo dejar de ir a ver momentos antes de su muerte.

Una obra conmovedora, musicalizada con canciones de Pedro Infante, donde la autora/actriz reafirma su quehacer en el teatro, donde más de uno se identifica en su ser niño, con el inocente sentimiento de ser un pequeño testigo de todo pero sin poder hacer nada más que acumular incertidumbres, que en el mejor de los casos derivan en obras de teatro, aun sabiendo que el malo no es totalmente malo, el monstruo no es totalmente monstruo y que la vida tiene una gama infinita de matices.

"Cachorro de león" tendrá una presentación más el viernes 17 de Abril a las 20 horas en el Teatro Pedrito, con la actuación y dramaturgia de Conchi León, quien está nominada al Premio Internacional de Dramaturgia en Alemania.


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