Libros de feria

Daniela Tarhuni
Foto: Rodrigo Díaz
La Jornada Maya

15 de marzo, 2016

Esta feria es un gran espacio para sumergirse en el mundo de los libros y disfrutar una muestra de lo mejor de la producción literaria y artística de nuestro país y, en particular, de lo que se genera en Yucatán; además de lo que en esta quinta edición, nos ofrece el Estado de México, invitado de honor.
Y la ciencia en el mundo de las letras está más presente que nunca, así lo podemos comprobar con varios sellos editoriales que se ofertan.

La colección La ciencia para todos, editada por el Fondo de Cultura Económica y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología es, sin duda, una de las colecciones más importantes en cuanto a divulgación de la ciencia.

La iniciativa de crear una colección de esta índole, se consolidó en 1986, gracias al respaldo de muchos científicos comprometidos en fomentar vocaciones como las de Jorge Flores Valdés, Leopoldo García-Colín, Tomás Garza, Guillermo Haro y Marcos Moshinsky, entre otros; pero la física Alejandra Jaidar, promotora persistente, jugó un papel fundamental en la gestación de la serie.

Es así que la colección editada desde hace treinta años, comprende 11 áreas temáticas: astronomía, biología, ciencias aplicadas, ciencias de la salud, ciencias de la Tierra, ciencias del mar, ecología, física, matemáticas, química y temas que abarcan diversos aspectos científicos. A la fecha se han editado 239 títulos en los que los científicos escriben sobre temas más complejos, en apariencia inaccesibles, para que sean entendidos por los estudiantes y los lectores sin formación científica.

Además, la colección estimula el fomento de la lectura y de la escritura con el Concurso Leamos la Ciencia para Todos que, por cierto, cierra el próximo 31 de julio, dirigido a estudiantes y profesores para que a su vez reseñen y comenten, desde su visión particular, cómo un título de esta colección puede transformar o modificar su entorno, promoviendo también un proceso de apropiación del conocimiento científico.

Otra colección que se puede encontrar es Ciencia que ladra... de Siglo XXI editores, dirigida por el científico y divulgador argentino Diego Golombek, que también muestra de forma divertida que “la ciencia no muerde, pero ladra y ladra fuerte” y que tiene la intención de compartir sus saberes con todos los públicos posibles.

Si uno se interna en los pasillos de la FILEY es posible encontrar joyas en muchos de los stands. Fue muy grato encontrar que en varios de ellos hubiera títulos del Dr. Noboru Takeuchi, investigador del Centro de Nanociencias y Nanotecnología de la UNAM, quien con el programa Ciencia Pumita ha hecho una labor incansable que comprende la edición de obras en lenguas originarias; entre ellas, el maya. Y si uno busca detenidamente, se puede encontrar el libro 100 Dosis de Ciencia que recopila las cápsulas grabadas en voz del doctor René Drucker Colín, concebidas para un público amplio y diverso, entre muchos más.

Y aunque por oferta de ciencia la FILEY no para, tampoco lo hace en la oferta editorial de pseudociencias, con títulos que resultan muy seductores, pero que en palabras del filósofo Mario Bunge pueden “hacer enfermar toda una cultura y volverla contra la investigación científica”, por lo que es necesario exigir que se ofrezcan y promuevan mejores contenidos editoriales, considerando que es una oportunidad anual para allegarnos de títulos que muchas veces resulta difícil encontrar en la ciudad. Ni se diga en el interior del estado.

Es un gusto ver cómo ha crecido la FILEY en cinco años. Participé en la primera edición trayendo a Mérida a editores independientes de Morelos y el DF, como la Asociación Civil 3D2, el Colectivo La Piedra, la Cartonera Morelos y, en particular, a Rocato con Ediciones Clandestino, para presentar el libro La caravana del consuelo, entre el dolor y el amor (2011). Mientras Rocato y yo atendíamos el stand, hacíamos la revisión editorial del libro Del dolor, la rabia y el amor: Un año después (2012). En esa Feria Rocato me presentó a Andrés Silva Piotrowsky, que a la vuelta de muy pocos años sería el Jefe de Opinión en La Jornada Maya, que ahora celebra su primer aniversario y es un proyecto editorial al que me siento muy orgullosa de pertenecer. ¡Enhorabuena a la FILEY y a La Jornada Maya!

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