Recta final del acueducto

Kálmán Verebélyi
Fotos: Vianey Tax
La Jornada Maya

San Francisco de Campeche
Miércoles 22 de noviembre, 2017

Las venas abiertas de la tierra, junto a la carretera que une a Uayamón con Saybaplaya, cicatrizan en tramos largos, mientras en otros, maquinaria pesada esconde con la carga de la pala la tubería que, desde los pozos en las afueras de Hobomó, llevará el agua hasta Campeche.

Como toda obra de ingeniería, el acueducto es fascinante, y lo digo después de que Johnny Nos, ingeniero residente, haya intentara explicar el funcionamiento de cada tramo.

El primero es el que comprende 15 pozos en la zona de Hobomó. Cada uno con una profundidad promedio de 80 metros, y es la misma bomba que succiona el agua del subsuelo y la empuja a cada cárcamo de bombeo, ubicados uno a cada kilómetro.

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La ciudad requiere, aproximadamente, de mil litros de agua por segundo y estos 15 pozos, junto con siete más ubicados en el valle de Santa Rosa, surtirán la cantidad necesaria.

Mientras se concluye la obra, San Francisco de Campeche seguirá disponiendo de cuatro sistemas de abastecimiento de agua potable: valle de Santa Rosa, Galería Chiná, Chulbac y zona urbana, cuya oferta conjunta es de 925 l/s.

El segundo tramo corre desde el cárcamo de bombeo, cuya capacidad de almacenaje es de varios cientos de metros cúbicos, y de allí el agua corre a presión hasta el cárcamo de equilibrio construido en los montes entre Mucuychakán y Uayamóm, para que de allí sea la gravedad que se encargue de transportar el líquido hasta el cárcamo de Chiná.

El recorrido que el agua debe vencer es de 27 kilómetros, entre condiciones técnicas muy diferentes que exigen una coordinación, precisión por parte de los encargados de manejar el sistema.

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Me imagino el sistema, cuyo cuello de botella debe estar en la conexión a la red de agua potable de la ciudad. Y en los 27 kilómetros que el agua recorre hasta ese punto, las condiciones de presión, la cantidad de pozos trabajando, depende de la demanda.

Con calor y de día, hace falta más, en una noche de invierno, se consume muchos menos. Y para asegurar el flujo hay respiradores, o válvulas de alivio de aire, tanques elevados para frenar y aminorar la presión de la corriente.

El cárcamo de bombeo, cerca de Hobomó da idea de la complejidad de la obra. Unos trabajadores están soldando alguna pieza mal asegurada, el grosor de los tubos es notable –uno debe ser el del suministro y el otro del agua bombeada- tienen un diámetro de 42 pulgadas, que después de la torre de perder la presión se reduce a 36 pulgadas.

La construcción debe terminar en unos meses más, la tubería ya casi llega hasta Chiná. La empresa encargada de la construcción del último tramo de 8 kilómetros va avanzando con rapidez. Luego se harán las pruebas de presión, verificar la capacidad de bombeo en los pozos, en el cárcamo de bombeo. Habrá que sincronizar a cada elemento, unidad para luego empezar a surtir la ciudad con agua más limpia, más saludable.

Pero no debemos olvidar que el proyecto original del acueducto fue mutilado; no se han realizado obras contempladas al principio. Y prueba de ello es el texto redactado por Comsoc, del gobierno:

“El 29 de octubre de 2014 el director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), David Korenfeld Federman dio a conocer que para mejorar el abastecimiento de agua en la ciudad de Campeche, en los próximos días se iniciarán procesos de licitación para la perforación de pozos, la construcción de cinco tanques de almacenamiento y líneas de distribución, con lo que podrá llevar un caudal de aproximadamente mil litros por segundo a regiones donde el suministro aún es incompleto.

“Participaron en la reunión de trabajo los secretarios de Gobierno, Roberto Sarmiento Urbina; de Finanzas, Tirso R. de la Gala Gómez, y de Coordinación, Alberto Can Sánchez; el director de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (Capae), Felipe Jiménez Silva, y el delegado de la Conagua, Edilberto Buenfil Montalvo”.