La Jornada Maya
Foto: Juan Manuel Valdivia

Cancún, Quintana Roo
Domingo 6 de octubre, 2019

El Sureste, con Quintana Roo al frente, acelera el proceso de extinción de la vida humana; el planeta pierde de cinco a 50 especies en millones de años, y en el país, especialmente en la península de Yucatán, ese mismo número ha perecido en décadas, alertó Jorge Escobar Martínez, presidente de la Federación Mexicana de Colegios de Biólogos, quien añadió que “estamos perdiendo biodiversidad a la tasa más alta en el mundo”.

Las principales causas son los cambios en el uso del suelo y el mar, la explotación directa de organismos, el cambio climático, la contaminación y las especies exóticas invasoras; la velocidad con la que están deteriorándose los ecosistemas no tiene precedente en la historia de la humanidad, y la extinción avanza a un ritmo acelerado como consecuencia de las actividades humanas no reguladas, sostuvo el científico.

“Tenemos dos contrastes: somos el quinto país más biodiverso, el otro dato es que estamos perdiendo biodiversidad a la tasa más alta del mundo; o sea, los reportes de pérdida de especies nos ubican en el primer lugar del mundo como país que no ha podido mantener su biodiversidad, y decir que somos un país biodiverso en grado mayúsculo, de nada sirve si no tenemos la capacidad de cuidarlo”, comentó.

Señaló que los macroproyectos y todo lo que tenga que ver con un abuso contra la naturaleza pone en alerta a la población y demanda estar al pendiente de qué manera podría asegurarse no afectar al medioambiente y aumentar la pérdida de especies de vida silvestre.

Además de los cinco motores directos que inciden en la destrucción acelerada del planeta, el investigador dijo que detrás subsisten causas indirectas como el crecimiento demográfico, el desarrollo económico y tecnológico, los conflictos y las epidemias, entre otros, y al ponerlo en el terreno nacional, el principal motor está en la región del Sureste.

“Las localidades más ricas en diversidad biológica, animal y vegetal están en el sur del país, y dentro del sur del país el Sureste es el que presenta la mayor presión al desarrollo y la mayor condición de riesgo a la pérdida de especies; entonces, los macroproyectos ponen en alerta a la población sobre cómo asegurar que no sigamos perdiendo especies.”

Jorge Escobar destacó que México ya no es un país subdesarrollado y, por el contrario, hace rato que forma parte de las primeras 20 economías del mundo, lo que demanda a nivel global trabajos relevantes en conservación, ecología y cuidado de los recursos naturales porque el motor de la economía es el capital natural.

Destacó que no hay país dentro de los cinco o 10 más fuertes que ocupe esos lugares sin hacer uso de sus recursos naturales, y México, como país ubicado en una franja planetaria donde la diversidad terrestre y marina es mayúscula, tiene el compromiso de establecer políticas públicas para su cuidado.

“De manera natural la evolución nos tiene acostumbrados a los expertos a hablar de pérdida de especies de cinco a 50 especies en millones de años. México está perdiendo ese mismo número en décadas… es una tasa espantosamente alta: si seguimos así tendremos graves problemas y ya ni siquiera de pérdida de biodiversidad, sino de riesgo de subsistencia de la especie humana”, indicó el experto.


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