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La Jornada Maya
13/11/2025 | Ciudad del Carmen, Campeche
Al manifestar que la inclusión va más allá de hacer rampas y pintar cajones de estacionamiento, Óscar Sánchez, presidente de la organización de personas con debilidad visual Bastón Blanco, afirmó que en Carmen no existe la cultura inclusiva, que debe iniciar con la educación en casa.
Señaló que las personas que padecen debilidad visual padecen problemas importantes en la ciudad, ya que no se cuenta con calles adaptadas, ni siquiera en el primer cuadro de la isla, como se presenta en otras ciudades del estado, del país y del mundo.
“Para nosotros es un gran problema que los comerciantes no respeten las banquetas, muchos de ellos han invadido estos espacios en los que transitamos, lo cual nos dificulta el movernos con libertad por la ciudad”, señaló.
Explicó que, de la misma manera, los conductores de las diferentes unidades motrices. no cuentan con la educación y la cultura de inclusión, ya que muchos de ellos no sólo no respetan los pasos peatonales, sino que además desconocen los significados de las diferentes maneras de manejar el bastón.
“Es lamentable que en los camiones urbanos, no se respeten los lugares para las personas con discapacidad, lo cual nos dificulta el poder desplazarnos en estas unidades, más aun, cuando los conductores permiten el sobre cupo”, asentó.
Enfatizó que la cultura y educación de la inclusión va más allá de pintar cajones de estacionamiento o de construir rampas, sino que se debe ser un estilo de vida, en donde respetes la dignidad y los derechos de las personas con discapacidad.
Lamentó que en México, Campeche y Carmen no exista una verdadera educación inclusiva, ya que aunque en algunos planteles, se han construido rampas, la verdad es que no existen los maestros debidamente capacitados para el manejo de niños con discapacidad.
Destacó que en muchos planteles educativos, se aceptan a los niños con discapacidad y se les remite a las unidades de USAER o a los CAM, pero no se les permite la inclusión en la sociedad sino que, por el contrario, se les excluye al no permitirles la convivencia con otros niños.
Edición: Estefanía Cardeña