Texto y foto: Ap
La Jornada Maya
Harare, Zimbabue
Jueves 16 de noviembre, 2017
La gente en Zimbabue comenzaba el jueves otro día de incertidumbre, mientras proseguían las discretas negociaciones para resolver la crisis política del país y traer el probable fin de las décadas de gobierno del presidente Robert Mugabe.
Mugabe está bajo vigilancia militar, según varios medios con su esposa, y no se ha visto al recién despedido vicepresidente Emmerson Mnangagwa, que huyó del país la semana pasada.
Mugabe, de 93 años y en el poder desde hace casi cuatro décadas, rehusó dimitir luego de un encuentro el jueves con generales de su país que lideraron un golpe de Estado, dijo a la AFP una fuente cercana a los militares.
"Se reunieron hoy (jueves). Rehusó dimitir, creo que intenta ganar tiempo", declaró esta fuente.
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El Ejército seguía desplegado en las calles de la capital, Harare, en medio de un clima de tensión.
Las autoridades regionales tenían prevista una reunión sobre la crisis en la vecina Botsbuana y varios ministros sudafricanos llegaron a la capital de Zimbabe, Harare, para reunirse con los militares y con Mugabe.
Un comunicado conjunto de más de 100 grupos civiles instó a Mugabe, el jefe de estado más anciano del mundo, a dejar el cargo de forma pacífica y pidió al ejército que restaurase el orden con rapidez y respetase la constitución. En otro comunicado conjunto, varias iglesias en el país hicieron una llamada a la calma.
En medio del limbo político, los zimbabuenses disfrutaban de libertades que no habían tenido en años. En cierto modo, el cambio al control militar trajo un soplo de aire fresco.
Por una vez, los zimbabuenses no encontraban cada pocos kilómetros barricadas levantadas por policías que pedían sobornos.
Los soldados que trabajaban en los escasos controles de seguridad en el acceso al centro de Harare recibían a los conductores con una sonrisa, registraban los autos sin hostilidad y deseaban buen viaje a los que pasaban.
Los vendedores callejeros, que sufrían redadas policiales después de que Mugabe ordenara su retirada, trabajaban el jueves sin impedimentos. Los sindicatos instaron a los trabajadores a continuar con su rutina.
“La situación está bastante bien porque ahora están regresando a sus empleos”, comentó un vecino de la capital, Clinton Mandioper.
Grupos humanitarios pidieron respeto a los derechos mientras se desarrollaba la situación.
En medio de preguntas sobre el paradero de la primera dama, Grace Mugabe, un diario namibio, el New Era, reportó que el ministro de Exteriores de ese país había negado que hubiera huido allí.
La embajada de Estados Unidos en Zimbabue, por su parte, advirtió a sus ciudadanos que “limiten los movimientos innecesarios” mientras continúa la incertidumbre política en el país.
También el gobierno británico instó a sus ciudadanos en la capital a evitar las grandes aglomeraciones y cualquier manifestación.
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