Los simios se pusieron en pie para comer hojas de los árboles

Estudio retrasa el origen de los bosques herbáceos hasta hace unos 21 millones de años
Foto: Europa Press

Los antropólogos han pensado durante mucho tiempo que nuestros antepasados simios desarrollaron un torso erguido para recoger fruta en los bosques.

Pero una nueva investigación de la Universidad de Michigan sugiere que una vida en bosques abiertos y una dieta que incluía hojas impulsaron la estatura erguida de los simios.

El hallazgo, publicado en la revista Science, arroja luz sobre los orígenes de los simios y retrasa el origen de los bosques herbáceos desde hace entre 7 y 10 millones de años hasta hace 21 millones de años, durante el Mioceno temprano.

La fruta crece en la periferia de los árboles. Para alcanzarla, los grandes simios tienen que distribuir su peso en las ramas que salen del tronco y extender las manos hacia su premio.

Esto es mucho más fácil si el simio está erguido, ya que puede agarrarse más fácilmente a las distintas ramas con las manos y los pies. Si la espalda está horizontal, las manos y los pies suelen estar debajo del cuerpo, lo que dificulta el movimiento hacia las ramas más pequeñas del árbol, sobre todo si el simio es corpulento.

Así es como los simios actuales alcanzan la fruta y, según los investigadores de la UM Laura MacLatchy y John Kingston, se ha teorizado que esa es la razón por la que los simios evolucionaron para estar erguidos.

Pero una nueva investigación centrada en un simio fósil de 21 millones de años de antigüedad llamado Morotopithecus y dirigida por MacLatchy sugiere que esto podría no ser así. En su lugar, los investigadores creen que los primeros simios comían hojas y vivían en un bosque estacional con un dosel roto y zonas abiertas cubiertas de hierba. Los investigadores sugieren que este paisaje, en lugar de la fruta en bosques de dosel cerrado, impulsó la estatura erguida de los simios.

Sus resultados se ven reforzados por un artículo complementario que examina estos hábitats paleoforestales cubiertos de hierba, publicado en el mismo número de la revista.

"La expectativa era: Tenemos este simio con la espalda erguida. Debe vivir en los bosques y comer fruta. Pero a medida que íbamos conociendo más datos, lo primero que nos sorprendió fue que comía hojas. La segunda sorpresa fue que vivía en bosques", explica en un comunicado MacLatchy, paleoantropóloga y profesora del Departamento de Antropología de la UM.

Los dos trabajos surgieron de una colaboración internacional de paleontólogos financiada por la Fundación Nacional de la Ciencia de Estados Unidos. El estudio dirigido por MacLatchy se centra en un yacimiento de 21 millones de años de antigüedad llamado Moroto, en el este de Uganda.

Allí, el grupo, que incluía a los investigadores de la UM William Sanders y Miranda Cosman, examinó los fósiles hallados en una única capa estratigráfica, incluidos los fósiles del simio más antiguo y claramente documentado, Morotopithecus.
 

Edición: Emilio Gómez


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