En Eurovisión, el festival europeo de la canción que se celebra este fin de semana, habrá banderas ucranianas, músicos ucranianos y aficionados ucranianos, pero el presidente del país no hará acto de presencia.
Los organizadores rechazaron el pedido de Volodymyr Zelensky para ofrecer un discurso por videoconferencia en la final del certamen paneuropeo el sábado. Se esperaba que pidiese al mundo que siga respaldando la lucha de Ucrania para repeler la invasión rusa.
La European Broadcasting Union, responsable de Eurovisión, alegó que permitir el mensaje de Zelensky violaría “la naturaleza apolítica del evento”.
“Lamentablemente, la European Broadcasting Union no puede ceder (al pedido de Zelensky) para dirigirse a la audiencia de Eurovisión ya que, aunque hecho con loables intenciones, iría en contra de las normas del certamen”, afirmó la organización.
Fundado en 1956 para ayudar a sanar a un continente devastado por la guerra, Eurovisión se esfuerza por mantener la música y la política separadas. Las letras, los carteles y los símbolos abiertamente políticos están prohibidos.
Pero esa exclusión no es total. Rusia fue vetada tras invadir Ucrania en febrero de 2022 y Bielorrusia había sido expulsada el año anterior por la represión gubernamental de la disidencia.
Ucrania se proclamó ganadora el año pasado y Gran Bretaña, que fue segunda, asumió la organización del evento en su nombre.
Veintiséis naciones participarán en la final en vivo del sábado en el Liverpool Arena, que estará copresentada por la cantante ucraniana Julia Sanina. Durante el espectáculo actuarán la ganadora, Orquesta Kalush, y de otros artistas ucranianos. Además, se mostrarán imágenes del país antes de la actuación de cada aspirante, como es habitual.
“Creemos que esta es la mejor forma de reflejar y celebrar a la victoria de Ucrania en Eurovisión y de demostrar que estamos unidos por la música en estos tiempos difíciles”, agregó la organización.
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Edición: Ana Ordaz
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