Un agente de las Fuerzas Levies, un cuerpo de seguridad paramilitar paquistaní, fue abatido este martes mientras escoltaba a un equipo de vacunación contra la polio en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, en el norte de Pakistán, informaron fuentes policiales.
"Hombres armados no identificados abrieron fuego contra el agente Abdul Kabir cuando se encontraba frente a una vivienda brindando seguridad a las trabajadoras sanitarias que vacunaban a los niños en el interior", explicó el oficial de policía Abdul Shakoor.
El ataque ocurrió durante una campaña nacional de erradicación de la polio en Pakistán, iniciada el lunes, que busca vacunar a más de 45 millones de niños menores de cinco años hasta el 19 de octubre, con más de 400 mil trabajadores sanitarios recorriendo casa por casa.
El agente murió en el acto y su cuerpo fue trasladado a un hospital cercano, mientras que los atacantes huyeron del lugar, añadió Shakoor.
El primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, calificó de "intolerables" los ataques contra los equipos antipolio y reiteró el compromiso del Gobierno con la erradicación total de la enfermedad, según un comunicado de su oficina.
"La actual campaña antipolio continuará hasta que la polio sea completamente erradicada", prometió el mandatario en un momento en el que Pakistán encara un repunte del virus, que ha elevado el número de casos a 29 este año, frente a 74 en 2024 y solo seis en 2023, según el programa nacional contra la polio.
En un incidente separado, las autoridades señalaron que hombres armados no identificados despojaron de sus armas y chalecos antibalas a dos agentes desplegados para proteger a los equipos de vacunación contra la polio en la provincia de Baluchistán, en el suroeste de Pakistán.
"Las fuerzas de seguridad han iniciado una operación para dar con los sospechosos", declaró uno de los agentes desplegados, Muhammad Ramzan, en la provincia de Baluchistán.
Desde su inicio en 1994, el programa de vacunación contra la polio en Pakistán ha afrontado grandes obstáculos, como la desinformación y la oposición de algunos sectores religiosos que acusan a la inmunización de ser una conspiración extranjera para dañar a los niños musulmanes o encubrir actividades de espionaje.
Esta desconfianza ha generado un entorno peligroso para los trabajadores sanitarios, especialmente en las provincias de Khyber Pakhtunkhwa y Baluchistán, donde han sido blanco frecuente de ataques por parte de grupos militantes.
En la última campaña, el pasado 23 de abril, dos agentes que custodiaban a un equipo de vacunación contra la polio murieron tiroteados en un ataque cometido por hombres armados no identificados en la provincia de Baluchistán.
Edición: Ana Ordaz
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