El Senado estadunidense comenzó este viernes el último debate sobre la confirmación de la jueza conservadora Amy Coney Barrett que el presidente Donald Trump nominó para la Corte Suprema, un proceso que se espera se salde con una victoria segura para el mandatario de cara a las elecciones del 3 de noviembre.
El jefe de la mayoría republicana, Mitch McConnell, alabó las credenciales de la jueza, cuyo ingreso a la Corte Suprema anclaría al tribunal hacia las tendencias conservadoras.
El fallecimiento en septiembre de la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg dejó una vacante que los demócratas afirman que no debe ser llenada tan poco tiempo antes de las elecciones, pero los republicanos, que controlan en Senado, desestimaron ese argumento.
"Esta destacada nominada es excepcionalmente adecuada para este trabajo", indicó McConnell ante el pleno.
La decisión de Trump de designarla para el cargo fue anunciada el 26 de septiembre, casi una semana después de la muerte de Ginsburg, y el proceso ha avanzado a una velocidad poco habitual para cumplir con los deseos del mandatario: que Barrett esté en el tribunal en caso de que surja alguna discrepancia en las elecciones que deba ser dirimida por la alta corte.
McConnell priorizó el proceso de confirmación sobre otros temas que debe analizar el Senado, entre ellos un proyecto de ley para dar alivio financiero a empleados, empresas y gobierno locales golpeados por la pandemia.
Barrett, de 48 años y madre de siete hijos, es muy popular entre los grupos católicos conservadores, especialmente por sus posturas contrarias al aborto.
Su confirmación implicaría una mayoría de magistrados conservadores en la Corte de seis contra tres, que Trump espera que permita derogar su fallo de 1973 sobre el aborto y pronunciarse contra la ley que expandió la cobertura sanitaria, que será analizada el próximo mes y podría dejar a millones de personas sin seguro médico.
El debate sobre la confirmación de Barrett comenzó este viernes y se prolongará todo el fin de semana, después de que el Comité Judicial del Senado diera su anuencia a la jueza en una sesión boicoteada por los demócratas.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, desplegó varias estrategias para intentar retrasar el debate, pero la sólida mayoría de 53 contra 47 de los republicanos en la Cámara alta frenaron todos sus intentos.
"Los demócratas no le van a dar un ápice de legitimidad a este proceso", indicó Schumer.
Pero McConnell mantuvo su posición.
"Le vamos a dar a esta nominada el voto que se merece", e indicó que la votación será a más tardar el lunes.
Edición: Elsa Torres
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