Rufino Tamayo es reconocido en México y el mundo como un gran pintor y muralista y su talento es indiscutible entre quienes aprecian el arte, sin embargo, su trabajo como fotógrafo también es resguardado con el aprecio que el resto de sus obras.
Este 24 de junio es el aniversario luctuoso número 30 del artista oaxaqueño considerado un ícono de la pintura mexicana del siglo XX, quien además dejó un extenso archivo de imágenes que él mismo capturó durante sus viajes.
Las obras, resguardadas por el Archivo Tamayo, que también forman parte del acervo del Museo Tamayo, son fotografías de un aficionado que registraba con sus propios ojos los paisajes que recorría.
En la página del Museo Tamayo únicamente están disponibles para el público algunas fotografías tomadas en San Miguel de Allende, Guanajuato, y en Japón.
El pintor dejó registro de su estancia en Nueva York, donde radicó durante casi 20 años. Algunas fotografías fueron publicadas en el libro Tamayo. Fotógrafo en Nueva York, obra a la que le puedes echar un vistazo aquí.
Tamayo siempre destacó que toda su obra hablaba de amor en un sentido universal.
“Amor a la naturaleza, a los objetos, al trabajo mismo… contemplo la tierra y el espacio, observo, pinto y siento que va surgiendo en mí un gran amor”, declaró en alguna ocasión.
El artista oaxaqueño no es reconocido como un fotógrafo destacado, pero sus imágenes poseen un valor cultural al mostrar la perspectiva con la que observaba el mundo.
El artista falleció el 24 de junio de 1991 y sus restos permanecen en el museo de arte contemporáneo que lleva su nombre y se ubica en la Ciudad de México.
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