Erendira Palma Hernández
Un doloroso regreso al estadio Ciudad de los Deportes vivió Cruz Azul al perder 1-0 frente al Pachuca en la primera jornada del torneo Clausura 2024. La afición no perdonó y reclamó con el grito "Escobar, Escobar", en referencia al capitán Juan Escobar, quien salió de manera abrupta por un conflicto con el técnico Martín Anselmí.
No sólo eso, también lanzaron en el tramo final el grito homofóbico "eh puto", a manera de inconformidad.
Aun cuando el estadio no estaba en sus mejores condiciones, se mostró casi lleno para su aforo de 36 mil aficionados, quienes respaldaban en su mayoría a los celestes.
Todo es nuevo en este torneo para La Máquina, desde la llegada de Iván Alonso como director deportivo y de Martín Anselmí como estratega, la contratación de cinco refuerzos y sobre todo, el retorno a la colonia Nochebuena.
Las remodelaciones en el estadio Azteca para el Mundial 2026 han obligado a Cruz Azul y América a buscar una sede alterna. La Máquina ha elegido al recinto donde jugó entre 1996 y 2018, la etapa más dolorosa del plantel en la cual perdieron varias finales de manera dramática.
"Regresamos a casa, aunque estaba mejor el Azteca y aquí nunca nos pudimos coronar, pero es la única opción por ahora", dijo Marco Antonio, integrante de una familia de aficionados celestes.
Ese era el debate desde hace años entre los seguidores, la falta de una casa propia para un equipo que es propiedad de una cementera. "La Cooperativa debería construir un estadio", decía Roberto, otro aficionado.
Apenas un día antes aún se realizaban trabajos de remodelación al recinto. Aún había aspectos importantes por arreglar como la red de Internet, baños y la pintura en las gradas, incluso en un disparo de los locales que pegó en el arco, la red de la meta rival se cayó.
Un contraste con el operativo de seguridad, que desplegó a casi mil integrantes del cuerpo policial e implementó varios filtros en los que solicitaban el FAN ID.
Una vez que rodó el balón, las imperfecciones del recinto quedaban olvidadas. La afición entraba en un ritual en medio de la nostalgia, los fantasmas e ilusión para dar la bienvenida a La Máquina al estadio que por tanto tiempo los acogió.
Y es que pese a las condiciones del escenario, dos de los elementos más importantes permitían un buen espectáculo. La cancha estaba en buen estado y los seguidores podían disfrutan de una vista amable desde cualquier ángulo. Esa es parte de la magia de este recinto, la conexión que genera entre los aficionados y el jugador por tal cercanía.
El cántico "yo soy celeste" regresó al estadio al tiempo que la afición recreó un mosaico del escudo del plantel para alentarlo. La exigencia ya era grande para Anselmí, quien mandó como titulares a cuatro de sus refuerzos y dejó sólo en la banca a Camilo Cándido.
Pero no hubo alegrías para los celestes. El arquero Kevin Mier los salvó con un par de rechaces; Rodolfo Rotondi desaprovechó la jugada de mayor peligro.
Para el complemento mejoraron, pero Pachuca terminó por hundir a los locales con un disparo de Salomón Rondón tras un error de Gonzalo Piovi. El dramatismo no faltó, Ángel Sepúlveda llegó a la meta pero el árbitro señaló fuera de lugar.
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