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La Jornada
14/06/2025 | Ciudad de México
Edson Álvarez, capitán y emblema de México rumbo al Mundial 2026, recreó en la Copa Oro cómo suena un gol de la selección nacional en Los Ángeles, la segunda ciudad con más mexicanos en el mundo, después de la capital del país. El jugador nacido en la colonia La Blanca, en el municipio de Tlanepantla de Baz, celebró los goles de la victoria contra República Dominicana (3-2) con un beso al escudo de la bandera tricolor al mirar a los más de 54 mil 300 asistentes en el SoFi Stadium
que desafiaron las redadas migratorias impulsadas por el gobierno de Donald Trump.
La expresión de Álvarez hizo de un partido de futbol una especie de liberación colectiva. Si en las calles se alzaron pancartas, en el terreno de juego el nivel Tricolor generó incertidumbre. Después de media hora en la que el hilo de referencia fue la seguridad y los operativos encabezados por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), el mediocampista del West Ham cambió con el 1-0 el estado de ánimo de una afición que empezó a mostrar su descontento con el grito discriminatorio en contra de los porteros (“eeeh puuu...).
Orbelín Pineda centró desde un tiro de esquina y el capitán, anticipándose a la marca de los defensas, cabeceó a primer poste para vencer al portero Xavier Valdez (44).
Todo cambió a partir de Álvarez. Porque en menos de 10 minutos, como si una losa hubiera caído de los hombros del Tri, Raúl Jiménez (47) y César Montes (53) aparecieron justo para evitar lo que República Dominicana tenía entre manos.
La épica de una remontada la iniciaron Peter González (51) y Edison Azcona (67), pero los centroamericanos no pudieron imponerse a las atajadas salvadoras de Luis Ángel Malagón, figura en la recta final del encuentro.
Si horas antes el debut del vigente campeón sumó diferentes factores en contra, el desempeño de sus figuras -Santiago Giménez, Julián Quiñones y César Huerta incluidos- agregó otra interrogante para la Copa.
Edición: Fernando Sierra