La Jornada Maya
Foto: Israel Mijares
Ciudad de México
1 de mayo, 2015
Diversos expertos se reunieron en la Fonoteca Nacional en el marco del Día Internacional de Sensibilización sobre el Ruido para analizar los diversos enfoques de análisis sobre el ruido, por lo que el periodista especializado en cultura y medios, Julián Woodside, expuso que la relación de sonido y ruido depende tanto de las relaciones de poder como de otros factores sociales y culturales. Woodside consideró que el ruido es inmanente a lo humano, su materialización cambia con el devenir y el flujo de diversas percepciones sociohistóricas. “Lo que para nosotros puede ser ruido hoy día, en el pasado no era ruido o no era percibido de esa manera y entonces esa noción de la percepción social del ruido depende de muchos factores”. Comentó que el ruido permite el sabotaje cívico, las marchas silenciosas, las intervenciones musicales y las reconfiguraciones de paisajes sonoros pero su abuso puede ocasionar que pierda el sentido en la intención original o se vuelva silencio. “Lo importante es distinguir cuando el ruido se usa para violentar mediante el uso propio y cuando se usa para proponer mediante la búsqueda de espacios para la expresión comunitaria. En este caso, el ruido es necesario, sí, a veces rompe con la armonía, pero también nos permite salir de la monotonía”, señaló Julián Woodside.
Ana Lidia Domínguez (UPN) precisó que cuando nos quejamos del ruido y decimos que las leyes y las autoridades deben solucionar los problemas, las leyes son un camino de retención, camino que se puede altamente violatorio de la intimidad. Sobre todo porque consideramos que el ruido lo hacen los otros, pero nunca nos ponemos a pensar en el ruido que hacemos nosotros. Apuntó que todos somos generadores potenciales de ruido, tenemos que hacernos más conscientes de nuestras prácticas sonoras en un afán de empatía para entender al vecino, mientras pongamos una protección y pensemos que el problema lo hacen otros no vamos a salir de este círculo vicioso. “Lo ideal es un cambio de conciencia pero lleva mucho tiempo, lo más sencillo es regular estas prácticas, hacer respetar zonas de inmunidad acústica, es decir, procurar el mayor periodo de silencio en lugares que requieren de descanso, como los hospitales o las escuelas; está comprobado que los enfermos no se recuperan de la misma manera que cuando están en zonas ruidosas que en zonas tranquilas”, aseguró.
Reportó el hallazgo de un compuesto de aceites degradado en el agua extraída
La Jornada
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