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Martha Adrian Morales Ortiz y Daniel González Madruga
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Lunes 14 de febrero, 2020

Las emociones que llegamos a sentir y vivir son capaces de movernos por completo. Algunas de ellas llegan a ser tan fuertes como la erupción de un volcán, capaces de calcinar todo a su paso, o pueden ser tan sublimes como el sereno de la mañana que cae acariciando la belleza de las flores. El mundo emocional del ser humano es tan complejo y diverso que requiere tener su propio espacio. Para Daniel Goleman, pionero de la inteligencia emocional, el cerebro emocional existió mucho tiempo antes que el racional y define a la inteligencia emocional como “la habilidad de manejarnos a nosotros mismos y nuestras relaciones efectivamente. La constituye cuanto capacidades fundamentales: auto conciencia, auto dirección, convivencia social y habilidades sociales”.

En 2014, cuando en el pleno de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México impulsamos la Ley de Salud Emocional, logrando que quedara dentro de la Ley de Salud Mental, fue un debate álgido entre siquiatras convocados por funcionarios de la Secretaría de Salud de la CDMX del gobierno de Mancera y especialistas de diversas áreas del conocimiento científico, médico, terapéutico y sicológico, puesto que desde ese concepto “salud emocional”, se demuestra la íntima relación que hay entre las enfermedades y emociones; es decir, si queremos sanar físicamente, además debemos sanar todos nuestros sentimientos y pensamientos emocionales, no sólo hay que atacar a los hongos, virus y bacterias, sino también se requiere hacer toda una revisión interna y profunda del ser emocional.

Ante estos tiempos de diversas crisis ambientales, recesiones económicas, tiroteos en escuelas, homicidios, feminicidios, problemas sociales, pandemias raras, mega migraciones, etcétera, tenemos la titánica tarea de reconectarnos como humanidad con la Naturaleza, con los demás y con nosotros mismos para sanar todo el tejido, las inter-retro-relaciones de la cuales todos somos parte, puesto que estos severos síntomas son de enfermedades emocionales y degeneraciones mentales.

Uno de los sistemas mas valiosos que han emergido para dar respuestas y guía es la ecología emocional, el cual fue acuñado en 2002 por los sicólogos humanistas Mercè Conangla y Jaume Soler, quienes lo definen como “el arte de gestionar, de manera sostenible, nuestro mundo emocional de forma que nuestra energía afectiva nos sirva para mejorar como personas, para aumentar la calidad de nuestras relaciones y para mejorar el mundo en que vivimos”. La ecología emocional es un “planteamiento nuevo, creativo y revolucionario en educación emocional, que trabaja al mismo tiempo aspectos educativos emocional y medioamentales, y que apuesta por formar un nuevo modelo de persona: la persona emocionalmente ecológica”.

Mercè Conangla y Jaume Soler están de gira en México, compartiendo su modelo de ecología emocional en distintos foros y universidades. La Academia Mexicana de Educación les ha abierto un espacio en el Palacio de la Autonomía UNAM, el 27 de febrero, donde se impartirá la conferencia Ecología emocional: educar para la paz. No sólo recomendamos que vayan apartando la fecha, sino que nos estudiemos e investiguemos más sobre estos temas para adquirir las herramientas necesarias y desarrollar nuestra inteligencia ecoemocional. Tenemos que distinguir en qué momento compostear y reciclar emociones. Detener la tala y explotación de nuestros recursos emocionales, gestionar la alegría, identificar los síntomas de deterioro, dejarnos de engañar por el consumo afectivo, buscar fuentes de energía limpias, renovables sicoafectivas, sin generar daños colaterales, cuidar y valorar nuestros espacio protegidos es decir de nuestros propios ecosistemas afectivos.

De acuerdo a la ley del hermetismo, “como es arriba es abajo, como es adentro es afuera”, por ello, al miramos como un ecosistema nos brinda mayor posibilidad de comprender y cuidar a la Naturaleza, través de nuestros autocuidados ecoemocionales.

Martha Adrian Morales Ortiz [b]Colibri @witzilin_vuela[/b] y César Daniel González Madruga [b]El Siervo @CesarG_Madruga[/b]


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