Los efectos del cambio climático están presentes dondequiera. Sobre la parte marina, en el litoral de la península de Yucatán está la proliferación del sargazo en el Caribe y la tremenda marea roja. En la entrega de anteayer, hablábamos del enriquecimiento de aguas por nutrientes, fosfatos y nitratos que vienen de las actividades agrícolas/granjas avícolas/porcícolas, el desarrollo urbano acelerado de la costa, el no tratamiento de las aguas residuales; todo ello descargara en los mares.
Nuestros lectores saben que en el litoral yucateco está invadido por la marea roja. Algunos saben que es una micro alga y otros simplemente, un alga. Algunos lo asocian a la contaminación, otros a un proceso “natural” de limpieza de los mares. Otros más, como una oportunidad de ir a pescar especies moribundas o comprar pulpo y langosta a buen precio. Sin mayor preocupación de las condiciones de bioseguridad sanitaria que tiene esos peces y mariscos.
Las especies de micro algas que generan las mareas rojas que se presentan en Yucatán son por lo general Cylindroteca closterium (no tóxica) y Pyrodinium bahamense (tóxica). Del 2000 a la fecha, las mareas rojas han sido recurrentes y masivas en 2001, 2003, 2008 y este 2022. Desde hace seis semanas los pescadores ya habían detectado esta marea roja, mar afuera a la altura de Río Lagartos, la cual ha crecido y se ha extendido varios miles de kilómetros cuadrados. Lo que vemos en la orilla de la playa es la última hilera, por decirlo así del impacto y de su extensión.
En este año, la marea roja tiene un efecto impresionante en la biodiversidad marina de la flora y fauna y en su biomasa. Unas especies las vemos porque recalan a la playa y son grandes. Pero otras, las microscópicas, las larvas y crías que no las vemos. Esas también están muriendo. Lo mismo los pastos marinos, que requieren de luz solar y la marea roja causa efecto de sombra. Además de la disminución del oxígeno disuelto, se tiene una proliferación de bacterias, virus y sustancias del metabolismo de las micro algas de la marea roja.
La playa de Telchac, el 6 de agosto era un cementerio, mortalidad masiva y mega diversa. En nuestra calidad de biólogos marinos del Cinvestav realizamos un muestreo a lo largo de 1 kilómetro con 10 réplicas cada 100 m, contando todas las especies en un cuadrado de un metro cuadrado. Los resultados fueron: A nivel de abundancia se obtuvo un promedio de 75 individuos por metro cuadrado con un peso promedio de 3kg. A nivel de la biodiversidad se contaron 27 especies diferentes; entre ellos 4 especies de manta rayas, chacchi, rubias, boquinetes, pargos, meritos, pulpos, remoras, tres especies de lenguados, peces globos, peces cofres, al menos siete especies de peces de arrecife (ángeles, loros) entre otros.
Además, cangrejos, jaibas, langosta. Se clasificaron los organismos en adultos, juveniles y crías. Se contabilizó un promedio de 65 por ciento crías, 15 por ciento subadultos y 20 por ciento adultos. Ese impacto en las fases tempranas del ciclo de vida de las especies afectará en 1-2 años el volumen de captura de pesca de especies comerciales de manera directa y/o indirecta. Directa por la mortalidad de los juveniles de la misma especie e indirectamente por el desequilibrio de la comunidad de fauna en general. Por otra parte, al ver el agua de nuestro mar convertido en un lodazal, pensé en la mortalidad masiva del fitoplancton y zooplancton que no vemos por ser microscópico pero que son la base del funcionamiento de la pirámide trófica y productor de oxígeno.
La biomasa estimada de la fauna muerta por kilómetro cuadrado es de 30 toneladas, de peces y mariscos que ya no formarán parte de la potencial captura comercial de Yucatán, con el impacto social y económico que ello implica. Para calcular y modelar de manera precisa el impacto de la marea roja en la pesquería y en su reclutamiento (incorporación de las crías a la población) se requiere llevar a cabo un estudio sistemático. Yucatán tiene científicos consolidados, en el Cinvestav, la UADY o Sisal, pero al menos al Cinvestav y la UADY le faltan los recursos económicos estatales y/o federales, para realizar este trabajo. Estos han brillado por su ausencia en estos gobiernos.
Si nos centraremos nuevamente en la importancia de la Ciencia, de divulgar y difundir esta, y de incrementar las acciones de Ciencia ciudadana, para conocer a “ciencia cierta" que está pasando, lo que hay que hacer y lo qué no se debe hacer. Como en este caso, de la marea roja donde la mortalidad masiva de fauna ya es un tema de bioseguridad sanitaria. Lo seguiré señalando las soluciones BIP = Baratas, Inmediatas y Populares, que la mayoría de gobernantes implementan no resuelven los problemas. Ante esta marea roja, no hay un Protocolo estatal que cómo atenderla en la limpieza de playas y el destino bio seguro de esa fauna en descomposición. Si queremos una economía azul debemos tener mayor ciencia ciudadana y ciencia que acompañe la actividad pesquera y acuícola de manera sostenible y socialmente responsable.
Premio Nacional al Mérito Ecológico
Cinvestav IPN Unidad Mérida
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