Conmigo o contra mí

¿Qué tienen en común Darth Vader, Cersei Lannister, George Bush y Jesús?

Hace unos días, mientras tomaba una cerveza en la barra de algún bar de esta ciudad, escuché la siguiente frase: “Es que está conmigo o contra mí”. Por un momento la sensación de haber presenciado un glitch en el sistema me invadió, como si hubiese captado el eco de alguna conversación a destiempo venida del medioevo. Le tomé un trago a mi cerveza y pensé que el volumen con el que se dijo la frase hubiera significado que todo el bar fue testigo de tremenda ruptura dimensional. Pero como vi a todo mundo tan tranquilo, volví a la realidad. 

La frase se quedó rebotando en mi sistema el resto de la noche; rascando en las profundidades de la memoria recordé algo peculiar. Los personajes que han usado esta frase son villanos importantes: desde Darth Vader en el Episodio III hasta Cersei Lannister en la temporada 7 de Juego de Tronos, pasando por George Bush en 2001. Y si nos vamos a su origen, todxs ellxs están citando ni más ni menos que al mismísimo Jesucristo (Mateo 12:30). No puedo evitar pensar que esto no pinta muy bien para el Chui, aunque tampoco se puede ignorar una conexión tan “casual”.

Creo que en la historia hay muchos síntomas de esta forma rancia de ver el mundo, porque la dicotomía ha demostrado ser terreno fértil para los extremos. Quiero traer el foco a nuestro presente porque estamos atestiguando el resurgimiento de posturas polarizadas que me parecen peligrosas. Pienso en la elección de Milei en Argentina, reflejo de la ruptura de la confianza en los sistemas políticos tradicionales y la frustración ante la falta de soluciones reales a los problemas sociales y económicos, O el surgimiento de discursos alabando el machismo como los de El Temach, a quien no pienso darle más líneas en este espacio. Son cuestiones complejas, muy complejas, pero que comparten los síntomas de la polarización y la verticalidad.

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Incluso en movimientos tan cruciales como la lucha feminista o el veganismo, se nos escapa el "conmigo o contra mí" cuando buscamos uniformidad en las posturas o cuando las discusiones caen en la espiral de invalidación. No se trata de renunciar a la radicalidad ni de dejar de señalar lo necesario, pero entender las mecánicas operantes de trasfondo puede arrojar mucha luz para construir movimientos más resilientes y articulados.

Ahora me doy cuenta que pensar que el suceso en el bar vino de otra dimensión fue demasiado naive de mi parte, porque la dicotomía y polarización se nutren a diario en el presente y por todos lados.

Pienso en la necesidad de crear puentes más que muros, en horizontales más que en verticales, en cómo construir redes en esta era de hiper individualización, en romper mandatos binarios; en lo poderoso de las palabras consenso, colectividad, diversidad, indefinición y cómo se nutren en la otredad, en los márgenes y en la disidencia. Busco refugio en la naturaleza que es sabia en su filosofía de los ecosistemas y las relaciones simbióticas. 

Tal vez se podría empezar con pasos pequeños: permitir que un poco de todas las cosas se impregnen en unx no para apropiárselas, sino para encontrarse también en ellas.

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Edición: Fernando Sierra