Pocos eventos culturales llaman la atención de tantas personas como las ferias del libro. La conjunción entre el mundo editorial y los lectores se ha convertido en reuniones periódicas esperadas ansiosamente por una buena cantidad de personas que desafían las estadísticas de consumo de lecturas.
Leer es un acto que se ha vuelto privado, conforme ha avanzado la alfabetización en el mundo. La lectura, sin embargo, es un acto social que también ha inspirado grandes historias. Ahí están, por ejemplo, las marcas Romeo y Julieta, y Montecristo, como inspiraciones de un modelo de producción en el cual estuvo presente una obra literaria señera de la literatura universal.
Las religiones tienen libros de historia como escrituras sagradas. Leer es también un acto religioso, en el cual el individuo se conecta consigo mismo, o más bien, en la intimidad se pone en contacto con lo que ha pasado, con lo que está sucediendo o con lo que podría suceder en un futuro tal vez no tan lejano, tal vez distópico, pero siempre posible. Leer es explorar las posibilidades de la humanidad, lo que ha sido, lo que entendemos que es hoy en día, lo que posiblemente será.
Pero en Yucatán, el evento que reúne a escritores, editoriales y lectores no está centrado en el producto libro, sino en la lectura. Lo importante no es quiénes escriben y publican, sino quienes leen, independientemente del desarrollo que hayan alcanzado en la actividad.
En la entidad, gracias a la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), se ha conseguido un evento muy distinto a las ferias del libro. La Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey) reúne a lectores con escritores y editores, pero también se ha vuelto un espacio en el cual conviven de alguna manera todos los estratos sociales en la península. No se trata únicamente de quiénes pueden adquirir un libro, sino también de quienes están buscando una oportunidad de hacer contacto con el público. De alguna manera, la Filey ha conseguido acercar a autores y lectores, y en una década ha logrado que los más diversos perfiles de lectores puedan acercarse a prácticamente cualquier escritor.
Lee: Inauguran la edición 2024 de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey)
Pero aparte de que la Filey es muy distinta a otras ferias como la FIL de Guadalajara o la Feria de Minería, en las cuales es fama que el público apenas puede “ver” a sus escritores, el éxito de la feria yucateca es precisamente que ha conseguido acercar a prácticamente todos los públicos con los más diversos proyectos editoriales.
Uno de los principales ejemplos es La Jornada Maya, que fue anunciado en 2015, primero como portal de Internet, aunque ya era un proyecto de periódico impreso. En aquel entonces la idea de un periódico nuevo se antojaba difícil, pero hemos demostrado, y nos hemos demostrado, que no se trataba de un imposible, pues el público peninsular también se encontraba ansioso de tener entre manos una opción novedosa en cuanto a la presentación de las noticias del día.
Y aunque la historia de La Jornada Maya se encuentra íntimamente ligada a la de la Filey, tenemos que reconocer que nos corresponde únicamente una fracción del todo. El éxito de la feria radica en que ha conseguido vincular a los más diversos proyectos con un público sumamente diverso, porque la Feria no es un mercado de libros, sino una conexión entre públicos y lectores.
En efecto, en la Filey podemos encontrar a las principales editoriales de México, así como a libreros de viejo tanto de Yucatán como de otros estados. Igualmente, la entidad invitada suele ser sumamente atractiva a propios y extraños, pero lo más interesante son las actividades que se desarrollan para acercar a chicos y grandes a las páginas de un libro, a una historia o a un problema social que atrae la atención de especialistas que estarán dispuestos a compartir unos cuantos minutos con cualquier persona que tenga la más mínima inquietud sobre el tema en cuestión, que puede ir desde el aniversario luctuoso de un líder político hasta nuevas perspectivas de la historia local o las nuevas perspectivas para atender un problema médico.
El éxito de la Filey es que se trata de una feria que el público percibe como suya, no de la UADY ni de las editoriales o de los autores invitados. Ni siquiera de quienes han estado en ella año con año, como es nuestro caso. Al contrario, quienes acuden a la Filey se volvieron inmediatamente en propietarios de la misma, y a diferencia de otros eventos, no son buscadores de novedades o de autores de renombre; son, eso sí, gente que busca conectarse con los aspectos más variados de la humanidad. Somos humanos buscando qué tenemos en común, aunque esto se haga desde un espacio local.
Esperemos estar presentes en muchas más ediciones de la Filey, que la lectura siga uniendo públicos y autores, pero también a cada individuo con nuevas visiones del mundo, especialmente cuando el mundo se encuentra más allá de las paredes del Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI y también fuera de las hojas de papel o páginas digitales que podamos conseguir. Que la Filey siga, que la lectura siga, que el vínculo entre leer y vivir sea cada vez más breve.
Te puede interesar:
– Filey: Juan Villoro y ‘La figura del mundo’, la última carta a su padre
Lea, de la misma columna: Ayotzinapa: la vía de la insatisfacción
Edición: Fernando Sierra
El empresario e inversor dejará la dirección de Berkshire Hathaway tras 60 años y propone a Greg Abel como sucesor
Efe
Se presume que el atentado la planeaba un grupo que difundía discursos de odio contra la comunidad LGBTTTI
Ap
El director ejecutivo de la escudería, Dan Towriss, dijo que hasta el momento no se ha fichado a ningún piloto
La Jornada
Velaban a dos hermanos quienes fueron asesinados en ese mismo lugar el pasado 28 de abril
La Jornada